Capitulo 18

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Estoy de pie afuera de la oficina de Dominic, caminando de un lado al otro, intentando tomar valor para llamar a esa puerta e ir a entregarle el disco sin demostrar la vergüenza que siento por haberlo besado y no ser correspondida.

No dejo de preguntarme cómo fue que mal interprete todas las señales. Hubiera jurado que sentía ese tipo de atracción hacia mi. Pero fui una tonta, debí haberle hecho caso a lo que dijo Sheyla de que los naturales, o en este caso los híbridos, solo se sienten atraídos por alguien de su misma especie.

-¿Que haces aquí?-. La voz de Sheyla me toma por sorpresa haciéndome dar un respingo.

-Yo... ehhh... creo que está ocupado-. Es lo único que se me ocurre decir.

Sheyla luce preocupada, no tiene su habitual sonrisa, y ese aura de tranquilidad que la envuelve ha sido reemplazado por un ceño fruncido y una mirada triste.

-Escuche que fue una masacre allá afuera-. Dice para después soltar un suspiro.

Asiento.

-Jaz me estaba esperando y nos tomó por sorpresa, creo que él solo mató a la mayoría del equipo omega-. Las imágenes de los hombres que me custodiaban disparando y volando por el aire tras ser atacados por el licántropo regresan a mi mente haciendo que me estremezca.

-Ese maldito Jazef-. Masculla molesta.

-¿Lo conoces?-. Le pregunto extrañada por el tono en que lo dijo.

-Por su puesto, ese malnacido es el Mike de Marcus-. Mis cejas se juntan, no se lo que quiere decir. -El beta de Marcus-. Aclara. -Existe una vieja rivalidad entre ellos y es por mi, porque el infeliz de Jazef por poco me mata cuando aún era humana y fue mi Mike quien me salvó. Por eso siempre que se encuentran hay un derramamiento de sangre atroz-. Cierra los ojos y se sacude por completo. -A propósito, gracias por herirlo-. Su hombro golpea suavemente el mío pero, aunque pretendió ser un gesto de camaradería, por poco y me tira al suelo. -Lo siento-. Dice tomándome de la mano evitando que me caiga. -Resultaste una chica ruda eh-. Y al fin sonríe.

Su puño viene hacia mi hombro y se que pretende dar un golpecito, otro de sus gestos de complicidad, pero que se que me va a doler horrores, así que cierro los ojos con fuerza pero el golpe nunca llega. Cuando abro los ojos me doy cuenta que su puño se ha detenido a pocos centímetros de mi extremidad y respiro con alivio. En ese momento la puerta de la oficina de Dominic se abre y Sebastián sale mascullando palabras ininteligibles, pasando por nuestro lado sin dirigirnos la mirada. Sheyla lo mira de reojo y levanta las cejas.

-Hilary, ¿vas a entrar de una vez o vas a seguir dando vueltas por el pasillo?-. Dice Dominic desde el interior de la oficina.

Obvio que tenía que darse cuenta que estoy aquí afuera cual adolescente nerviosa por ver al chico que le gusta y que no le corresponde.

<<¡Auch!>>. Se queja mi conciencia, pero la mando a callar porque ha hecho un mal trabajo las últimas horas no evitando ponerme en semejante situación tan ridícula.

Sheyla extiende su brazo hacia la oficina con una sonrisita bobalicona en su rostro.

Respiro profundo y decido entrar de una buena vez. Soy una chica grande y fuerte, puedo lidiar con esto.

Dominic está sentado tras su escritorio viendo unos documentos. Mike está sentado frente a él. De los dos solo Mike levanta la mirada hacia nosotras y sonríe ampliamente mirando a Sheyla. Una punzada de envidia se instala en mi pecho porque la sonrisa de Mike es como si estuviera viendo a su persona favorita en todo el mundo, y me hace querer sentir lo que Sheyla está sintiendo en este preciso momento.

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