La rejilla del desagüe del alcantarillado interno del taller nunca ha estado sellada con candado, lo preferíamos así para que la limpieza pudiera hacerse más a menudo y evitar los malos olores en esta parte del taller.
George sube tras dos miembros más del equipo que están vigilando el interior del taller mientras los demás terminamos de subir. Doy un salto y logro prenderme del borde del agujero, entonces George me ayuda a salir tirando de mis brazos.
-Silencio-. Nos indica vigilando a través del visor nocturno hacia el interior del patio de lavado.
-¿Que sucede señor?-. Pregunta uno de los hombres que sale después de mi.
-Creí escuchar un ruido-. Murmura. -Sigamos, tenemos que ser rápidos-.
Los hombres avanzan agazapados, alertas, vigilando todo el lugar. Es un tanto extremo todo esto, digo, el taller obviamente está vacío. Ni siquiera están los autos que dejamos la noche de la carrera...
<<Mierda>>. Alguien ha entrado a este lugar.
Lo confirmo cuando avanzamos y el patio del taller está igual de desolado. ¿Que hicieron con los autos?. No están ni los nuestros ni los que estaban para reparación.
Miro hacia arriba, hacia la ventana de mi oficina y me entra una sensación de desasosiego, ahí hay tantas cosas que tienen un significado importante para mi: las fotografías de mi padre con los autos que modifico, la colección de autos a escala en la vitrina junto a la puerta, el pisa papeles de Rolls Royce que trajimos de nuestro viaje a Las Vegas.
Sacudo la cabeza alejando esas ideas de mi, ahora lo importante es recuperar el disco.
Atravesamos la sala de espera y el panorama de torna más desalentador. Es obvio que alguien ha estado aquí revolviéndolo todo. Las sillas están tumbadas en el suelo y la máquina dispensadora de snacks está vacía y con el vidrio del frente roto.
-Atentos-. Indica George en voz muy baja. El también se ha percatado de la intromisión. -¿Hacia donde Hilary?-.
-Por aquí-. Susurro indicando la dirección en la que está la pequeña cocina y juntos doblamos a la derecha.
Recorremos el corto pasillo hasta la puerta de madera que se encuentra abierta y nos detenemos a mirar desde el umbral como también todo ahí está revuelto. La alacena ha sido vaciada y esparcidos por el suelo hay ollas, trozos de porcelana que antes fueron vasos y platos, cubiertos e incluso el horno microondas que está hecho trizas.
-Custodien la entrada-. Le indica George al resto del grupo. -Vamos Hilary-.
George y yo nos adentramos en la cocina, dando pasos cortos, intentando no pisar los trozos de vidrio y porcelana, o los trastos en el suelo, para evitar hacer cualquier ruido. Al llegar junto al lavaplatos me pongo de rodillas y abro las puertas del depósito. Una sensación de alivio me invade al darme cuenta que, por mas que revolvieron el lugar, no dieron con la caja, pues la baldosa sigue puesta en su sitio. Levanto la baldosa valiéndome de la daga que me dio Dominic, lo dejo a un lado y retiro la baldosa por completo. Debajo está la tapa de la caja fuerte y de inmediato pongo la huella de mi indice para abrirla. Adentro aún está el disco duro además de una pequeña caja metálica que mi padre guardaba celosamente y que nunca he tenido el valor de abrir. Decido llevarme no solo el disco sino también la caja a sabiendas que quizá esta sea la última oportunidad que tenga de hacerme a su contenido.
-¿Todo listo?-. Me pregunta George y asiento como respuesta, guardando tanto la caja como el disco en los bolsillos con cremallera de mi chaleco. Luego vuelvo a tomar la daga que me dio Dominic y la enfundo, dejándola colgando de la cinturilla de mi pantalón junto a los dos tubos de gas.
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LICANTROPIA La Revelación
WerewolfHilary lleva la vida de una humana corriente, intentando no dejar caer el taller de autos que le ha dejado su padre al morir. Al haber perdido a su madre cuando nació y ahora a su padre, se encuentra completamente sola y ese vacío interior se hace m...