LICANTROPIA La Revelación

Capitulo 33

Las dos raptor se detienen en medio del estacionamiento y de inmediato se que algo grande está sucediendo por dos cosas: una, Dominic no despega la mirada de su objetivo y tiene el dedo sobre el gatillo del rifle de asalto, dispuesto a disparar en cualquier momento, y dos, apenas las camionetas se detienen, los motociclistas se apresuran a bajar de las motos y las rodean también con sus armas en mano. Hay ballestas, rifles y pistolas cargadas con balas explosivas y de níquel apuntando a quien sea que venga en el suelo de ese platón.

Los demás nos mantenemos varios metros atrás, incluso Sheyla, que se acercó a mi apenas ellos fueron entrando, ha dicho que Mike le ordenó mantenerse al margen.

-¿Quien viene ahí dentro?-. Le susurro.

-No tengo idea, pero por la cara de Dom, parece alguien importante-. Me responde Sheyla en el mismo tono de voz.

De la raptor que entró al último, bajan un hombre y una mujer en muy mal estado. Ella cojea por lo que parece ser una pierna rota, tiene el cabello castaño enmarañado, un ojo completamente hinchado y con un moretón que ya luce verdoso. El hombre no está mejor, tiene heridas frescas en su pecho, lo se porque los licántropos sanan en menos de la mitad del tiempo que los humanos, y esas aún se ven rojas y sangrantes. Un sollozo se escucha gracias al silencio que hay y al eco que aún se conserva en el lugar, y veo a una mujer que sale corriendo a abrazar al hombre, tras ella otra mujer hace lo mismo con la chica que no puede caminar correctamente y se apoya en el hombro de su acompañante.

-¿Quienes son?-. Le pregunto a Sheyla en voz baja.

-Sergei y Katherin, dos de los desaparecidos-. Murmura.

-Pero... eran cuatro-. La miro y ella hace un gesto de resignación.

Dirijo la mirada hacia la raptor donde ya hay movimiento. Mike que venía sentado a los pies de Dominic, también apuntando hacia el suelo del vehículo, se levanta y forcejea con lo que supongo es un natural que han capturado. En mi mente pasa el rostro de Marcus Tremblay, pero quien se levanta del suelo del platón es ni mas ni menos que Jaz.

Un jadeo se me escapa cuando lo veo. Está herido y golpeado, y aún así mantiene su barbilla en alto, gruñe y forcejea, pese a que sus muñecas y tobillos están atados con grilletes y cadenas bañados en níquel, que probablemente está quemando su carne al punto de casi exponer los huesos. Pero su orgullo no le permite bajar la cabeza y, cuando le gruñe a Dominic, recibe de Mike un golpe con la culeta del arma en la parte posterior de la cabeza.

Un rechinar de dientes llega a mi y volteó a mirar a Sheyla que tiene los dientes apretados, al igual que sus puños. El fuego en su mirada revela las enormes ganas que tiene de saltarle a la yugular.

-Calma-. Musito tomando uno de sus puños en mis manos.

Ella se suelta de un brusco movimiento y da media vuelta para empezar a empujar a todo cuanto se cruce por su camino, perdiéndose en la multitud de licántropos que como yo ven a Jaz sin poder creer lo que está ante sus ojos.

Dominic salta de la camioneta cuando ya Jaz está abajo, siendo llevado casi que a rastras por los demás miembros del equipo táctico.

-Llévenlo a la celda y átenlo de pies y manos, que nadie se quede a solas con él-. Ordena Dominic y tanto Mike como Sebastián van tras los demás miembros del equipo que llevan a Jaz.

Cuando pasan junto a mi, Jaz se queda mirándome con esos ojos grises fríos como el acero y escupe a mis pies mascullando "basura" y ganándose otro golpe de Mike, pero esta vez en su columna vertebral, haciendo flaquear sus rodillas.

Siento que una mano se aferra a la mía y cuando doy media vuelta ahí está mi hombre, mirándome con esos ojos verdes brillantes y un aspecto de acabar de llegar de la guerra. Literalmente salto sobre él, agarrándome de su cuello con ambos brazos y de su cintura con ambas piernas, metiendo mi nariz tras su oreja. No me importa que esté completamente sudado y sucio, estoy tan feliz de que haya cumplido su promesa que nada más importa.