Capítulo 7

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Abigail

Termino de darme el último retoque con la brocha. El maquillaje sencillo ya está listo.

Salgo del baño y veo mi cuerpo completo en el espejo, este vestido se ve bien en mí, es bordó con la espalda descubierta. Mi cabello decido dejarlo suelto, no me preocupo mucho por él, mis ondas caen de forma bonita por mi espalda.

Miro la hora en el reloj de pared, son las nueve y media, justo en ese momento el timbre suena.

Seguramente es Liam, me ha invitado a salir con él a una disco, la ultima vez que fui a una tuve una mala experiencia, sin embargo ahora tendré precaución y no beberé más de la cuenta.

Busco un pequeño bolso y coloco todo lo que necesito antes de acercarme a la puerta. Observo por la mirilla y logro ver sus lindos ojos color miel.

- Wow- es lo primero que dice en cuanto abro la puerta.

Mis mejillas se calientan.

- Hola...- le digo algo tímida.

Se ve muy guapo esta noche, lleva unos pantalones negros ajustados, una camisa blanca con algunos botones desabrochados y su cabello está alborotado dándole un look despreocupado pero que lo hace lucir realmente bien.

- Te ves....wow, es decir- carraspea- estás hermosa.

Sonrío.

- Tu también te ves guapo.

Me regala una sonrisa y un pequeño hoyuelo se forma en su mejilla.

- ¿Vamos?

Asiento y acepto su brazo, cierro la puerta del apartamento y bajamos las escaleras del edificio.

Subimos a su coche y emprendemos viaje. Durante el camino vamos conversando sobre cosas triviales y hablamos sobre nuestro día.

- ¿Sucede algo?- le pregunto cuando lo siento inquieto.

Frunce el ceño y mira el retrovisor.

- No pasa nada, tranquila.

- ¿Seguro?- intento mirar atrás pero me toma del mentón.

- Todo va bien- mira mis labios aprovechando el semáforo en rojo.

Acerca su boca a la mía y deja un pequeño beso que me deja quieta. El semáforo vuelve a cambiar dándole paso y mira al camino con una sonrisita.

- He querido hacer eso desde que te volví a ver.

Mis mejillas están calientes y bajo un poco la mirada, no puedo decir que no me gustó, en realidad estuvo bien pero sentí nervios y vergüenza. Me siento algo inexperta en esto.

- Me alegra que lo hayas hecho- confieso en tono bajo.

Su mano toma la mía y la guía a la palanca de cambios.

Conduce unos minutos más y ahora lo siento relajado, estaciona enfrente del lugar y baja para abrir mi puerta.

- Hemos llegado señorita.

Toma mi mano y le regalo una sonrisa.

- Se ve lindo.

El lugar es hermoso en realidad, es grande y las luces que decoran su exterior le dan un toque delicado.

- Me alegra que te guste.

Coloca su mano alrededor de mí cintura y trato disimuldamente de apartarme un poco, no me agrada mucho ese contacto.

- Lo siento, no quise asustarte ni nada- me dice en cuanto lo nota.

- No pasa nada, es solo que no estoy acostumbrada.

Luz de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora