Luz de mi oscuridad

Capítulo 37

Blake

Estaba tan confundido y preocupado por la situación.

Hacia menos de diez minutos que el doctor se había marchado y yo no me despegaba de mi pequeña por nada del mundo.

El doctor se llevó pruebas de sangre para analizar y por mi parte quedaba interrogar a Nick y Jacob, sin embargo no podía dejarla un segundo, estaba volando en fiebre y murmuraba cosas sin sentido alguno.

Mi nombre y el de una tal hermana Claire eran los que nombraba a cada rato. Debía colocar paños remojados en agua con hielo para que bajara.

Beso sus nudillos con delicadeza, me parte el alma verla así, su rostro está pálido y ojeroso, tiene un aspecto casi enfermo.

- Mi lucecita, tienes que ponerte bien- le susurro- Tienes que ser la mejor pintora del mundo, aunque para mí ya lo seas.

- Tenemos muchas cosas por hacer juntos, mi amor.

Unos toques en la puerta me llaman la atención y me despego de ella para poder abrir.

- Señor, tenemos que decirle algo, sobre Abby.

Hecho una última ojeada a su cuerpo y salgo de la habitación, no despertaría en algunas horas, tenía inyectado un sedante.

- ¿Qué es?

- La señorita Collins abandonó la competencia, tuvo una discusión con el señor Lisandro, él se puso algo......agresivo y a ella no que gustó nada, quisimos avisarle pero Abby sufrió un ataque en cuanto le dijimos que le contariamos y nos hizo prometerle que no le diríamos.

Frunzo el ceño ante sus palabras, ese tipo nunca me ha cerrado pero no pude conseguir más información de él.

- ¿Cómo fue ese ataque?

- Primero nos gritó que nos despediría si nos atreviamos a hacerlo- Eso es algo que ella jamás haría- Luego comenzó a respirar mal y a sudar, se frotaba los brazos y por un momento se quedó ida totalmente, por más que le hablábamos ella no dejaba de llorar con la mirada perdida.

Mi pecho se aprieta al ver que he sido un ignorante en todo esto.

- Señor....ese tipo, estuvo entrenando a Abby, le enseñó a utilizar armas.

¿Qué?

- Y puedo saber....¡¿POR QUÉ MIERDAS ME HAN ESTADO OCULTANDO ESTO?!

Estoy tan enojado con Abby por ocultarme tantas cosas.

Se miran entre sí asustado, quiero asesinarlos pero Abby me odiaría y son los únicos que saben que ha sucedido todo este tiempo.

- Ella nos hizo prometerlo, señor....

Suelto una risa sarcástica.

- ¿Les hizo prometerlo?- pregunto burlón- Que yo sepa les pago para que informen de todo, rueguen por que a mi mujer no le suceda nada grave, de lo contrario no dudaré en pegarles un tiro a cada uno y no me importará que sean mis mejores hombres.

Voy a la habitación para revisar a mi chica por última vez antes de salir, beso su frente y aparto algunos mechones de su rostro.

- Te amo, mi lucecita.

Camino hasta la sala y los dos hombres comienzan a contarme cada cosa, el día a día de Abby y ese imbécil.