Capítulo 12

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Maratón 3/3

Blake

Las horas pasan y Abby sigue sin aparecer por casa.

La preocupación me invade y me reprochó una y otra vez el no haberla mandado a seguir.

¿Y si le pasó algo?

Dios no, no me lo perdonaría, camino de un lado a otro en la sala cuando escucho pasos suaves.

Me volteo y el alivio me recorre por completo, Abby está parada frente a mí con su bolso en manos, me mira y puedo notar algo extraño en ella.

Miedo.

- ¿Abby?¿Sucede algo?

Sus ojos se humedecen y un pinchazo se instala en mi pecho, no me gusta verla llorar.

- ¿Fuiste el culpable de que me llevaran a ese lugar?- pregunta con voz llorosa.

Trago saliva y bajo la cabeza, es algo que no hago con nadie pero me siento tan avergonzado por lo que soy, por lo que me he convertido que no soy capaz de mirarla a la cara.

- ¡¿Fuiste tú?!- se altera.

- No del todo, pero sí, yo soy el dueño de organización y mis hombres te atraparon a ti.

Niega y las lágrimas se caen por sus mejillas.

- Eres un monstruo ¿cómo puedes...?- se calla pasando las manos por su rostro.

Lo soy. Soy un maldito monstruo, soy oscuridad, en eso me convirtieron pero tenía la esperanza de que llegaría un rayo de luz que me hiciera cambiar.

Y lo peor es que creo que lo encontré y ahora está aquí parada mirándome como si fuese la peor persona del mundo, quizá es cierto y malditamente duele.

- Lo siento, ya sabes la verdad, no sé cómo pero da igual, quiero que sepas que esto acabó en cuanto te saqué de ese lugar y que yo nunca estuve de acuerdo con eso, sólo era un chiquillo cuando comencé a dirigir esto, mañana tendré que enfrentarme al consejo de mi organización.

Suspira y aparta las lágrimas de la cara intentando calmarse.

- Liam no es malo, y no pienso alejarme de él- me dice fuerte y claro.

Así que fue el imbécil de Novikov quien le dijo todo, me enfurece, se suponía que yo iba a decírselo.

- Bien, si quieres volver a tu apartamento no te detendré, sólo espero que vengas a visitar tu estudio de vez en cuándo.

Asiente y se va por las escaleras que dan a las habitaciones.

Me apresuré al intentar que viviera aquí y quizá deba despegarme de ella para que podamos estar bien de una vez por todas.

(**)

Espero a que sean las siete y bajo hacia la cocina, Abby está sentada en el taburete con una taza en sus manos.

- Buenos días, Señorita Collins.

Me mira algo confusa y sorprendida, seguro esperaba que le dijera Lucecita pero no voy a hacerlo, al menos no hasta que las aguas se calmen y pueda acercarme más a ella.

- B-buenos días señor Schmidt.

Una de las sirvientas me trae un café y me guiña el ojo, la ignoro olímpicamente concentrandome en la mujer que tengo en frente.

- Hoy entrarás más tarde a la empresa, iremos a tu apartamento y llevaremos tus cosas.

- Vale, muchas gracias Blake.

Luz de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora