Capitulo 30

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Abigail

Entro al lugar donde trabajaba con una sonrisa, hace mucho que no vengo por aquí.

La campanita suena anunciando mi llegada y enseguida noto a mi ex compañero de trabajo atendiendo una mesa, le regalo una sonrisa y me dirijo a la oficina de Joe.

Toco un par de veces hasta que me permite pasar, tiene el rostro escondido entre unos papeles. No digo nada hasta que él alza la vista.

- ¡Mi sol! ¡Has aparecido!

Corro a sus brazos sintiéndome como en casa.

- Te extrañé mucho Joe.

Suspira acariciando mi espalda con cariño.

- Me hacía falta mi alegría de las mañanas.

- ¿Cómo has estado? ¿Y Agnes?

Sonríe.

- Hemos estado bien hija, Agnes me pregunta por ti cuando recuerda tus deliciosos pasteles.

Se me enternece el corazón ante la mención de la ancianita.

- ¿Qué te parece si saliendo de aquí voy a verla? Podría preparar unas galletas hasta que sea hora de cerrar.

Se le iluminan los ojos y sonríe como un niño.

- ¡Claro que sí cariño!

- Ahora debo encontrarme con alguien, cuando termine iré a prepararlas.

- Vale, estas en tu casa hija.

Salgo de la oficina y observo las mesas, inevitablemente una sonrisa se instala en mis labios cuando noto a la personita sentada en la misma mesa de aquella vez.

No sé qué es lo que hace aquí pero ahora mismo no me importa lo más mínimo, alza la vista y me mira con esos penetrantes ojos, a diferencia de esa vez ya no está serio sino que me regala una cálida sonrisa.

Me acerco siendo incapaz de borrar mi sonrisa.

- ¿Que desea pedir? ¿Un café negro sin azúcar y un cheesecake de frambuesa?- le digo en broma.

- Por mí está bien, siempre y cuando no derrames el café en tu mano otra vez.

Me saca una risa y me siento en frente de él.

- Ten, son para ti- miro el hermoso ramo de girasoles y no puedo evitar emocionarme, son mis favoritos.

- Dios, son hermosos.

Se encoje de hombros.

- Los vi y me recordaron a ti.

Siento el rostro caliente, se incorpora un poco y deja un beso en mi mejilla.

- Buenos días, lucecita.

- ¿Qué haces aquí? ¿Me has extrañado o qué?

- Siempre te extraño cuando no estás conmigo pero tengo que hablar algo con tu padre y lo cité aquí, de paso te cuido de ese tipo.

Lo miro con el ceño fruncido, desde que estuve en el hospital no he hablado con él, nuestra última charla se basó en mí insultandolo por venderme prácticamente.

- Blake, no quiero verlo, no debiste hacer eso- suspira y acaricia mi mano.

- Abby, lo que tu padre hizo esta muy mal y lo sé, pero está resolviendolo por ti para que no tengas problemas con ello y es por eso que pidió mi ayuda y asesoramiento con mi abogado personal.

Hago una mueca.

- No quiero que vuelvas a perder a tu familia ahora que los encontraste luego de tanto tiempo, está en tus manos perdonarlo o no, pero solo quería que supieras que de verdad está intentándolo.

Luz de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora