Blake
Suspiré cansado y refregandome los ojos, estaba harto de tanto papeleo además estaba de muy mal humor últimamente.
Abby estaba demasiado ocupada en su galería de arte como para pasar tiempo conmigo y la necesitaba cuanto antes, quería follarla de una vez por todas sobre mi escritorio.
Dejé todo en la oficina de casa y bajé las escaleras encontrando a mis hijos en la sala viendo películas, Adhi estaba llorando, así que no lo pensé demasiado y me eché en el sillón con ellos.
- ¿Qué se supone que ven?- pregunté a mi hijo al ver como su hermana se limpiaba las lágrimas.
- El Diario de Noah.
- Pero si parece que recién empieza- dije confundido al ver como lloraba.
- ¡Es que tú no entiendes!- me gritó Adhi dejándome sorprendido.
Se echó a llorar de la nada y Aslan suspiró, atrajo a su hermana a su pecho acariciando su cabello mientras yo seguía viéndola totalmente confundido.
- Alerta roja- me dijo con simpleza y comprendí enseguida.
Me paré y fui hasta la cocina rebuscando en el cajón secreto que guardaba para estas ocasiones, saqué un chocolate, papas, doritos y coca cola para los tres, también guarde una pastilla en mi bolsillo por si mi princesa se sentía mal. La alerta roja era cuando Adhi estaba indispuesta, se ponía algo....insoportable.
Las llevé a la mesita del salón quedándome con el chocolate en mano.
- Estrellita.
- ¿Si, papi?
Le tendí el chocolate y me miró con brillos en los ojos, se acercó dejando un beso en la mejilla antes de volver a los brazos de su hermano.
Me quedé con ellos viendo la película y comiendo comida chatarra por la que de seguro Abby nos habría regañado pero como no estaba aquí, no importaba, admito que casi lloro al final fue un lindo y trágico desenlace para Noah y Ally.
- ¿Ya ves por qué lloro?- chilló en medio del llanto.
Aslan tenía una cara de cansancio total, sin embargo, no era capaz de negarle nada a nuestra estrellita.
- Ya está, Adhara, deja de llorar...- suspiró Aslan.
Lo miró con un puchero y salió de su pecho para acurrucarse al mío, a veces parecía una niña de tres años todavía pero lo amaba como nadie en el mundo.
- Si no quieres quedarte solo vete, Aslan.
Que Adhara le dijera por su nombre era algo realmente extraño por lo que supuse que esta vez enserio estábamos en una alerta roja algo grave.
- Mi pequeña- murmuré acariciando su cabello- ¿Quieres una pastilla o algo? ¿No te duele?
Me miró con los ojos húmedos y asintió, saqué de mi bolsillo la pastilla y se la di con algo de agua.
Miré a Aslan que apretaba la mandíbula con fuerza, no le gustaba pelearse con Adhi, era algo que no solía suceder.
- Ve, puedes ir con tus amigos o lo que sea, yo me encargo- le dije tranquilo.
Cuando Adhi estaba indispuesta la casa se volvía un caos y un altibajo de emociones, se ponía muy sensible y todo le afectaba. Y cuando digo todo....me refiero a todo.
Aslan se puso de pie y antes de irse se volvió a su hermana.
- Eres una enana loca y dramática.
Ella me miró y buscó algún indicio de que fuera a regañarlo pero no pensaba hacerlo cuando claramente tenía toda la razón.
ESTÁS LEYENDO
Luz de mi oscuridad
Novela JuvenilSoy Oscuridad, soy penumbra y soy tinieblas. Ella es Luz, ella es Vida, ella es Alegría. Ella es......la luz de mi oscuridad.