Capítulo 31: ¡Feliz San Valentín!

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Abigail

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Abigail

Blake me había raptado durante mi último fin de semana aquí.

Lo miro haciendo un puchero mientras él carga gasolina.

- ¿Enserio no me dirás?

Sonríe y se acerca a dejar un besito en mis labios.

- No te diré nada asi que ya deja de preguntar, lucecita.

Bufo.

- ¡Ni siquiera me has dejado escoger mi ropa!- me quejo.

Era cierto, simplemente llegó y dijo que nos marcharamos, había un bolso lleno de ropa para mí que él mismo había comprado.

- Y ya verás que te encantará, sé que si.

Lo miro con desconfianza y vuelvo al coche cuando ha terminado, volvemos a la carretera y andamos por un rato más hasta que comienzo a ver el azul.

- ¡Iremos a la playa!- le digo emocionada.

Sonríe achinando los ojos y mostrando su dentadura reluciente.

- Iremos a una casa de playa, haremos algunas actividades antes de tener que dejarte ir.

Beso su mejilla sonriendo como niña pequeña.

La última vez que fui a la playa tenía quince años, fue hace una eternidad y la verdad que el olor a mar y la sensación de la arena metiéndose en tus dedos es simplemente genial.

Blake se mete por una calle y estaciona en una bonita casa.

- Vamos.

Baja colocándose los lentes y con los bolsos para dos días que ha preparado.

La casa es preciosa, tiene unas grandes puertas de vidrio corredizas, es pulcramente blanca con el piso de madera y una mini escalera hacia abajo para llegar a la arena.

Siento unos brazos rodearme mientras observo la casa y los acaricio con suavidad.

- ¿Te gusta?- pregunta colocando la cabeza en mi cuello.

- ¡Claro que sí! Está todo tan hermoso...

- Me alegra que sí, cariño ¿Quieres que vayamos a comer? Debes tener hambre.

Asiento.

- Quiero ducharme y cambiarme antes.

Toma mi mano y se adentra dejándome ver lo lujosa que es la casa por dentro, no se detiene y me guía a las escaleras donde hay dos puertas.

- ¿Te molesta que duermamos juntos?

Niego sonrojandome.

- De todos modos tendrás tu privacidad, no te preocupes.

Abre la puerta y veo la enorme habitación.

Una cama gigante está en medio, con mesitas de noche a los costados, hay un sillón al lado de la ventana que da hacia el mar y un enorme espejo del lado izquierdo en la pared.

Luz de mi oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora