—Puedo...puedo explicarlo— dije con la voz temblorosa y un nudo en el estómago. Quería vomitar, esta vez era en serio.
—¿Explicar qué? —preguntó evidentemente molesto— ¿Que eres una impostora? ¿Un fraude?
—No, yo no...
El rubio abrió los ojos como platos como si hubiese tenido una revelación.
—¡Te pagaron un millón de dólares! —exclamó sorprendido— Y ni siquiera eres la Liv real ¿La estás cubriendo o algo así?
—No, verás...
—¿Esto puede ser catalogado como una estafa? — se preguntó a sí mismo— No puedo creerlo, estuviste frente a mis ojos todo este tiempo y no me di cuenta ¡Que ciego fui!
—¡Por Dios! —espeté— ¡¿Puedes cerrar la boca solo por un segundo?!
El chico paró en seco.
—No me grites, estafadora— murmuró.
—Yo soy Liv Bloom— admití a duras penas— Es como un trabajo por internet de medio tiempo. Hago publicidades, subo contenido a mis redes y no me meto en problemas— encogí los hombros— La verdad es que estoy ahorrando para...
—Solo te pregunté si eras la chica de los videos, no me interesa saber de tu patética vida— cortó— El mundo no gira a tu alrededor, estrellita.
—Lo sé— respondí a secas mientras intentaba contener mis lágrimas— Solo finja que nada de esto pasó ¿De acuerdo?
—¿Nadie más lo sabe? — cuestionó un poco interesado.
Negué con la cabeza.
—Solo unos amigos— suspiré— Pero el resto del mundo ignora que Liv Bloom es, en un noventa por ciento, un buen maquillaje.
—Decepcionante— bufó— Sin embargo, no tienes porqué preocuparte por mí. No diré nada...
—Muchas gracias, en serio, no sé cómo agradecerle...— sentí cómo el alma me volvía al cuerpo.
—No tan rápido— sonrió maliciosamente— Mi silencio tiene un precio.
Mierda, era demasiado bueno para ser verdad.
—¿Qué quiere? — arqueé las cejas.
—Tu teléfono— respondió. Le miré confundida por un momento, pero le di el aparato a regañadientes— No, estrellita, me refiero a tu número...Esto no es un asalto o algo por el estilo.
—Entiendo, deme el suyo— dije haciendo un ademán con la mano.
—¿Mi número? — cuestionó levantando una ceja.
—No, el aparato, le apuntaré mi número ahí— le corregí e hizo lo que le pedí— Listo, estoy en sus contactos como "Camelia Ramírez".
Él tomó su móvil y comenzó a teclear.
—No, te guardaré como "Miss Simpatía" —dijo sarcásticamente— ¿Así te dicen, cierto?
Asentí.
—¿Eso era todo? — pregunté tomando mis cosas.
Él negó con la cabeza, tenía una mirada que oscilaba entre el sarcasmo y el odio. Sabía que me haría la vida imposible a partir de ese momento. Evanny Han y Jeremiah pasaban a un plano secundario porque era seguro que Dexter Montgomery tendría el primer lugar en mi "Lista de razones para huir a Chicago".
—Este el principio, pero no quiero hacerte un spoiler de lo que vendrá— rió— Ahora termina de limpiarte, te veo en la oficina.
El rubio salió del baño, dejándome sin aliento. Mi plan perfecto se había desmoronado en cuestión de segundos por culpa de la variable "Dexter Montgomery". Sabía que él era cruel y privilegiado, todos en la oficina sabían que era un tirano que se apoderaría de la vicepresidencia en unos meses, a penas se graduara ya que este puesto originalmente le pertenecía a Edric, porque es el mayor.
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Miss Simpatía
Novela Juvenil«Una doble vida siempre trae el doble de problemas» Cam es una estudiante de finanzas que tiene una vida secreta como la famosa influencer Liv Bloom en redes sociales, todo con el objetivo de juntar el dinero suficiente para empezar de cero en una n...