Capítulo 29: Romper un silencio

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—¿Estás bien? —pregunté al sentir sus uñas clavándose en mi antebrazo.

Ella asintió, incorporándose con torpeza.

—Solo me tropecé con mis estúpidas sandalias— bufó Lexie sin mucha importancia— ¿Qué tal tú? Te escuché discutir con ese imbécil.

—No fue nada— respondí con un nudo en la garganta— Creo que debo irme a casa, es un poco tarde...

Le esquivé para continuar con mi camino, pero ella me alcanzó y entrelazó nuestros brazos de manera amistosa.

—Entonces te acompaño— convino sonriente.

—No es necesario, Lex, deberías volver a la cafetería con tus amigos.

La chica negó.

—Se van a preocupar— continué.

—Están tan ocupados intentando salvar lo que queda de nosotros, que duele.

—¿A qué te refieres?

—Nos separamos o algo así— respondió con una mueca.

Aquellas palabras me cayeron como un balde de agua fría. Tal vez no conocía a los chicos de tanto tiempo, pero sabía que eran geniales, más allá de su fina sensibilidad musical, eran unidos como una familia o tal vez más. Eran el soporte de Dexter y probablemente quienes lo habían salvado de una vida miserable y silenciosa.

—¿Por qué? —pregunté en un hilo de voz.

—Zach envió un video nuestro como audición a un programa de talentos, sin decirnos nada, y cuando nos avisó que habíamos quedado tuvimos una pequeña discusión...—resopló— Bueno, Dee y él pelearon más que nada. Dexter dijo que era arriesgado para él y para mí; y que ya no éramos unos adolescentes como para soñar con algo más que hacer música en un bar de mala muerte en medio de la madrugada.

—Eso fue duro.

—Pero cierto— Lex esbozó una sonrisa melancólica— Fue divertido mientras duró, pero supongo que es tiempo de crecer y tomar el lugar en la vida que nos corresponde.

—No tiene por qué ser así— paré en seco y me planté frente a ella— Todavía...Todavía pueden luchar por vivir la vida que quieren.

Sentí como si estuviese gritando desesperadas palabras de aliento a un espejo, esperando a que responda y remediar todos los errores que había cometido.

Lex se limitó a encoger los hombros y continuar a mi lado con una presencia apacible.

—Zach está intentando arreglar las cosas, llamó a Haze para que sustituyera a Dee como guitarrista, y quién sabe, quizá pronto hagan audiciones para encontrar al resto de la banda— la chica desvió la mirada, sus ojos estaban repletos de lágrimas que aún no caían por sus mejillas— No tengo el valor para quedarme ahí, ser un grupo por unas horas más y luego desaparecer.

—Lo lamento mucho— mencioné débilmente al detenerme frente a mi edificio. Ella se limpió los ojos con el dorso de la mano.

—Está bien, tarde o temprano iba a pasar— suspiró sentándose en las escaleras— Dee tiene que hacerse cargo de la empresa, Rob debe centrarse en ayudar a su madre y hermana con dinero y yo, bueno, supongo que es tiempo de sentar cabeza y convertirme en una mujer ejemplar de la comunidad—Lex suspiró resignada— En fin, de sueños no se vive ¿Cierto?

—Tal vez no, pero los sueños nos impulsan a despertar cada día con la esperanza de que se hagan realidad.

Me senté a su lado y ella dejó caer su cabeza en mi hombro.

Miss SimpatíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora