Tal vez uno de los últimos momentos especiales que tuve con Dexter fue el de esa noche.
Él conducía en una pista solitaria, con las ventanas abajo y el aire fresco pegándonos en la cara mientras escuchábamos "Counting stars" de One Republic a todo volumen. El aroma a salitre, las luces cálidas y la constante sensación de que solo éramos él y yo en el mundo, era única.
—¿A dónde vamos? —pregunté exaltada al percatarme de que nunca me cambié.
—Es una sorpresa.
—Se supone que es tu "cumpleaños", el sorprendido deberías ser tú— bufé.
—Tranquila, nadie verá tus pantuflas de conejito— comentó divertido— Aunque te ves bien con ellas.
Miré mi calzado y la camiseta que tenía sobre mi vestido.
"Mi reputación como ícono de la moda morirá si alguien me ve así" pensé.
—Llegamos— indicó Dexter una vez que nos plantamos frente a una construcción blanca con detalles que me recordaron a la arquitectura griega.
—¿Qué es esto?
—El planetario.
—Pero está cerrado— indiqué forzando la puerta y él me mostró las llaves— ¿Cómo las conseguiste?
—El padre de Cassie es uno de los principales benefactores de este lugar y ella me deja entrar aquí de vez en cuando— comentó mientras pasábamos por unos pasillos de luces fluorescentes— Es el mejor lugar del mundo.
—Debes venir muy seguido— murmuré recorriendo el lugar con mis dedos.
Él negó.
—En realidad, solo cuando quiero algo de paz...Amelie, mi...—carraspeó— Mi niñera, solía traernos aquí a Edric y a mí cuando éramos niños. Fueron buenos tiempos.
Una sonrisa melancólica se dibujó en sus labios mientras ingresábamos a un domo con las luces apagadas, parecía una sala de cine gigante con una pantalla que abarcaba todo el sitio. Apenas podía ver mis pies, las luces led de las escaleras eran tan tenues que me mareaban.
—Dame tu mano— indicó extendiendo la suya hacia mí.
—¿Por qué?
—No traes tus gafas, estamos en un lugar oscuro y no podría explicarle a los paramédicos tu caída dramática.
—Ahg, ese es un pésimo argumento— entrelacé sus dedos con los míos— Si querías tomar mi mano, solo tenías que pedírmelo.
No pude ver su reacción, pero estaba noventa y nueve punto nueve por ciento segura de que se había sonrojado, por lo menos un poco.
Tomamos asiento en las butacas del medio, Dexter decía que era un punto estratégico, yo pensaba que solo le daba vergüenza regresar a las del fondo.
La función comenzó. El domo parecía retumbar con el sonido del espacio y la voz que narraba el principio del universo y todo lo que en él existe mientras veíamos imágenes reales de este reproduciéndose en la sala. Era mágico, como estar en una nave y verlo todo de cerca, se sentía tan real que incluso me dieron escalofríos. La mejor parte era la Vía Láctea que oscilaba sobre nuestras cabezas, iluminando nuestra existencia.
—¿Cómo se siente? —preguntó mirando las estrellas en la bóveda.
—¿Qué cosa?
—Dejar todo lo que conocías de un momento a otro y continuar con tu vida como si nada.
—Es aterrador— confesé— En un principio pensé que pude haber resistido un poco más, que las cosas no eran tan malas, aun cuando sabía que no era así; luego me culpé por todo; sentí que había perdido el rumbo que tenía trazado y me cuestioné sobre qué tan fracasada era a mis veintes, pero luego mejoró. Eventualmente todo se calmó.
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Miss Simpatía
Ficção Adolescente«Una doble vida siempre trae el doble de problemas» Cam es una estudiante de finanzas que tiene una vida secreta como la famosa influencer Liv Bloom en redes sociales, todo con el objetivo de juntar el dinero suficiente para empezar de cero en una n...