Epílogo

188 28 2
                                    

Dee inclina la cabeza ligeramente hacia mí.

—Cam, se supone que debías escribir una parte del guion para el video de nuestra boda, no para una serie de tres temporadas— bromea.

Encojo los hombros.

—Puede servir si algún día nos hacen una película biográfica— rebatí— Pero si no te gusta, puedo resumirlo en "Hola, soy Cam y cuando tenía veintiuno tomé el bus equivocado por lo que terminé conociendo a mi futuro esposo que a su vez era mi jefe y yo lo odiaba"

—¿Que tú qué? —pregunta, indignado, mientras me echo a reír.

—Bueno, me parecías algo fastidioso, pero muy guapo— revuelvo su cabello rubio y él me abraza de la cintura— Te amo, Dee.

—Puedes dejar el video así— murmura contra mi cuello— De todas maneras, mi parte duró más.

—¿Cuánto tiempo?

—Tres horas con quince minutos.

—¿Acaso regrabaste El Titanic? —inquiero entre risas y él me besa con vehemencia hasta que termina sobre mí en el sofá de su departamento— Deberíamos grabar un final juntos por lo menos.

—Y después podríamos...

Le di un beso rápido antes de que terminase.

—Sí, por favor.

Enciendo la cámara, acomodo mi ropa y peino un poco mi cabello.

—Si pudieses terminar esto de alguna manera que no resultase demasiado empalagosa, ¿Cómo lo harías? —pregunto apoyando mi cabeza sobre su hombro.

—Se casaron, tuvieron hijos, tres perros más y vivieron felices para siempre— responde él.

—No existe un "felices para siempre".

—Uhm...Pero podemos intentarlo.

—Creo que podremos ser felices por mucho tiempo.

—Como toda una vida, diría yo.

—Probablemente, lo de los hijos y los perros suena bien.

—Lo sé, deberíamos empezar a hacerlos— el rubio mira a la habitación.

—No puedes decir eso delante de la cámara— murmuro entre dientes.

—El equipo de edición se encarga de eso, estrellita.

—¡Yo soy el equipo de edición!

—Ah es cierto— mira nuevamente a la cámara— Estamos intentando hacer un bebé, pero sin la parte del bebé todavía...Solo hacerlo.

Le doy un almohadazo en la cara.

—Es material para el baby shower dentro de unos años más.

Suspiro profundamente.

—¿Por qué me voy a casar contigo? —pregunto haciendo una mueca.

—No sé, creo que tengo suerte— admite Dexter abrazándome para luego llenar mi cara de besos.

—¡Corte! ¡Corte!

—Tienes que levantarte y apagarla tú misma— dice el rubio riendo mientras me sostenía de la cintura. No podía esperar a pasar el resto de mi vida de esa forma.

Después de un rato, me doy por vencida y me quedo abrazada a él por unos minutos.

—Creo que siempre sí me agradas, miss simpatía.

—Opino lo mismo, Dex.

Él apaga la cámara y nada cambia, todo es real y sincero. Por primera vez en muchos años sé que todo valió la pena.

Dexter tenía razón, después de todo, le he hecho honor a mi nombre al crecer en la adversidad, pero ya no tengo que seguir luchando por sobrevivir al invierno porque la primavera por fin llegó a mi vida.

Fin.

Miss SimpatíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora