Capítulo 36: El gran Show

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—¿A dónde fuiste anoche? —pregunté a Sylvie mientras desayunábamos.

—Tenía algo de insomnio, así que acompañé a tu novio por un café de la tienda de autoservicio— respondió sin importancia.

—Pensé que no te agradaba.

—Uhm...Es bastante tolerable, a decir verdad— vaciló.

—Hablando de él, ¿Dónde está? —inquirí extrañada.

—Dijo que tenía un par de cosas por hacer, pero que regresaba antes de la cena.

Le miré por unos segundos esperando a que se quebrara, ella sabía algo que yo no y no estaba dispuesta a hablar, pero no sucedió.

Pasamos el resto de la tarde en casa ya que no le apetecía salir del departamento, ella puso "La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales" mientras nos maquillábamos y combinábamos las prendas de nuestro guardarropa para después tomarnos unas cuantas fotos.

—Adivinen de qué me acabo de enterar— dijo Charlie ingresando a la pieza, dejó el cartón de huevos en la meseta y se echó al sofá.

—¡Solo dilo! — exigió Sylvie poniéndose cómoda.

—Fui al supermercado por un poco de canela, pero no había, así que tuve que ir a la plaza...

—Ve al grano— supliqué. Su expresión era una mezcla de consternación y sorpresa.

—Ahg, me topé con Jamie y otros amigos en la fila, la cual si me preguntan era demasiado larga y lenta— Sylvie le miró amenazante— El punto es que eventualmente hablamos un poco y él me contó que corrieron a Jeremiah del lugar en donde hacía sus prácticas, industrias Morton, y su universidad lo convocó a un juicio académico por lo que tiene que volver a Nuevo México.

Una sonrisa satisfactoria se apoderó de los labios de Sylvie.

—Lo más probable es que lo expulsen— añadió la chica.

Por primera vez en mucho tiempo sentí que podía respirar, era como si me hubiese quitado un enorme peso de encima, irreal, pero esperanzador.

—¿Por qué? —cuestioné a Charlie.

Él se pasó la mano por la nuca.

—Al parecer descubrieron que tenía un historial de "conductas inapropiadas", pero ni siquiera Jamie sabe a qué se refiere.

—Claro, Jamie no lo sabe— rodé los ojos— Literalmente ayudó a ese tipo a entrar a mi habitación y plantar una cámara.

—Idiotas— murmuró Sylvie— Me alegra que por fin se haga un poco de justicia.

—Entonces deberíamos brindar por eso— Charlie tomó una taza de chocolate caliente y la chocó con las nuestras de manera divertidas— ¡Salud!

—¡Salud! — entonamos al unísono.

(...)

Sylvie decidió preparar un poco de té helado y yo me apoyé en la meseta con los brazos cruzados.

—¿Qué? —preguntó soltando una carcajada.

—¿Qué es lo que sabes? —inquirí seriamente— Te escuché hablar con Dexter ayer sobre Jeremiah y hoy mágicamente las autoridades decidieron hacer algo para detenerlo.

—Eso es bueno ¿No? — la chica pasó de mi lado.

—¡Sylvie!

—No me corresponde a mí decirlo— respondió apaciblemente— Pero te contaré, anoche Dexter y yo hablamos, él preguntó quién era Jeremiah y le respondí...Naturalmente quiso desquitarse un poco, dijo que tú eras importante para él y que le gustaría que pudieses ir cada noche a la cama, caminar por la calle y vivir sin el miedo de toparte con ese imbécil.

Miss SimpatíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora