Hacía mucho que no trabajaba en la misma oficina que Dexter, pero aún así me alegraba toparme con él esporádicamente en los pasillos, la cafetería o el ascensor, a pesar de que no cruzáramos una sola palabra.
Pero esto era diferente, saber que no lo vería pasar por mi escritorio o vería su amargado rostro por toda la empresa, me ponía sentimental. No es que lo extrañara o algo por el estilo, al contrario, pero de alguna manera él formaba parte de mi rutina y el dejarlo fuera de la ecuación por tiempo indeterminado me resultaba raro.
"No tienes tiempo para pensar en tonterías" me decía a mí misma para volver a mis labores, las cuales no eran pocas. Estaba en semana de exámenes, los proyectos finales me salían hasta por los oídos y además tenía varias colaboraciones pendientes por grabar. Sin mencionar el problemita que me trajo hacer un par de videos mal editados.
El día que atrapé a Jeremiah y Jamie en la cafetería subí un video en donde se me veía un poco nerviosa y torpe, olvidé maquillar unos moretones en mis brazos y tuve problemas con el audio y no noté que se escuchaba la voz de de mi vecina piéndole ayuda a su esposo para matar una cucaracha. No suena como algo grave, pero el mezclar todos estos elementos en un video lo convierte automáticamente en una fuente interminable de teorías conspirativas para el internet. Se hizo viral en cuestión de días y comencé a recibir comentarios como "¿Estás bien?" "Parpadea tres veces seguidas en un en vivo para decirnos que estás en peligro" o "Usa rosa en tu siguiente video para decirnos que estás secuestrada". Incluso se hizo tendencia en Twitter #LiberenALivBloom.
Obviamente aclaré las cosas, por historias, pero tenía que inventar algo mejor para el video de YouTube.
—Creo que ya no puedo más — dijo Annie cansada frente al espejo del baño mientras se retocaba las ojeras con un poco de corrector.
—Solo unas semanas más...—intenté ser optimista, pero estaba segura de que si cerraba los ojos por más de dos segundos en el retrete me quedaría dormida ahí mismo.
Tenía rímel corrido debajo de mis ojos como resultado de una descuidada limpieza facial, lo cual me hacía ver aún más ojerosa de lo que ya era. Lavé mi rostro para despertar un poco.
Evanny nos saludó cuando salió de uno de los cubículos y nosotras le devolvimos el saludo sin darle mucha importancia.
—Eres bastante linda, Annie— mencionó Evanny mientras se lavaba las manos—No necesitas rayarte tanto la cara.
—Solo es un pequeño retoque— respondió Annie extrañada— No quiero parecer un zombie en la oficina.
—La belleza natural es lo mejor, por eso yo nunca me maquillo—dijo Evanny con orgullo—A los chicos les gusta más...
—Sí, bueno, la verdad es que no me importa demasiado.
—Además, lo mejor es sentirse cómoda con una misma. Sea como sea— tercié secándome el rostro.
—Lo dices tú porque ni siquiera debes saber cómo ponerte labial— bromeó Evanny en un tono pasivo-agresivo.
Esbocé una sonrisa forzada y salí del lugar, rumbo a mi escritorio para evitar problemas. Al salir del trabajo me percaté de que Jeremiah se quedaba demasiado tiempo en la entrada del edificio esperando a su novia, algunas veces intentaba entablar una conversación conmigo o me seguía hasta el baño de mujeres de la planta baja, pero yo le evitaba a toda costa. Tomaba con valentía la navaja que Charlie me había dado, era lo único que podía hacer hasta que se fueran, ya en ese momento tomaba el auto e iba por mi amigo hasta su trabajo.
Los días pasaron en rutinas similares, cada vez más cansada, más adolorida y desanimada. Las jaquecas y las punzadas en el estómago se hacían más intensas, deseaba tumbarme en la cama todo el día, pero sabía que no podía.
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Miss Simpatía
Teen Fiction«Una doble vida siempre trae el doble de problemas» Cam es una estudiante de finanzas que tiene una vida secreta como la famosa influencer Liv Bloom en redes sociales, todo con el objetivo de juntar el dinero suficiente para empezar de cero en una n...