Capítulo 17.5: Encuentros poco fortuitos

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Definitivamente anhelaba que la tierra me tragara y me escupiera al otro lado del mundo con una nueva identidad y mi dignidad restaurada, sin embargo, no podía dejar de sonreír mientras recorría los pasillos de una tienda de segunda mano en busca de algunas prendas para los disfraces.

Intenté distraerme viendo el precio de un corsé, pero continuaba reproduciendo ese beso una y otra vez en mi cabeza, lo cual hacía que mis latidos se acelerasen y mi estómago se estremeciera. Quería gritar contra mi almohada de la emoción, hasta que recordé que se iría a Santa Mónica con su preciosa prometida el fin de semana y toda esa felicidad se transformó en tristeza y enojo.

Realmente deseaba confiar en la palabra de Dexter, él no sería capaz de tener dos relaciones a la vez, apenas podía lidiar con él mismo; pero se me dificultaba un poco tenerle fe.

—Señorita, ¿Se encuentra bien? —preguntó una empleada de la tienda, haciendo que me saliese de mis pensamientos.

Asentí.

—¿Por qué lo pregunta?

—Bueno— ella encogió los hombros tímidamente— Lleva unos minutos mirando feo a ese corsé...Tenemos más por si quiere verlos, no es necesario que se lleve ese si no le gusta.

Negué con la cabeza, estaba toda sonrojada e intentaba disimular mi vergüenza con una risa nerviosa.

—No se preocupe, creo que sí me lo llevaré— respondí poniendo la prenda en mi canasta mientras me alejaba, primero a pasos lentos y luego aceleré hasta llegar al área de las camisas.

Hallé algunas joyitas ocultas entre las rebajas, como unas cuatro camisetas anchas básicas de varios colores, unas medias negras nuevas, un chaleco café y un sombrero estilo vaquero.

—Buenas noches ¿Encontró todo lo que buscaba? —preguntó la cajera con una sonrisa amable en su rostro mientras cobraba todo lo que había en mi canasta.

—Sí, muchas gracias.

—Son veinte dólares por todo— mencionó y yo le pagué— Linda noche.

—Igualmente.

Amaba cazar ofertas en las tiendas de segunda mano, era realmente satisfactorio comprar ropa bonita— con pequeños detalles de vez en cuando— a precios bajos. Charlie decía que era un don encontrar las mejores rebajas y tenía razón, no cualquiera era digno de semejante talento; por eso debía poner mi granito de arena en el mundo y compartir mis trucos con todos mis seguidores.

Desbloqueé mi teléfono para ver videos en lo que llegaba mi autobús, de pronto, me llegó una llamada de Lex. No había hablado con ella desde hacía una semana, en el restaurante, así que no dude en responderle.

—¿Hola?

—Cam— murmuró como si estuviese en una misión secreta— ¿Puedes hacerme un favorcito?

—Depende— respondí en el mismo tono— ¿Qué necesitas?

—¿Puedes pedirle permiso a mi papá para que me deje ir a un retiro de señoritas hoy? Ya sabes convencerlo de que me cuidarás, no habrá chicos o sustancias de dudosa procedencia. Por favor— suplicó haciendo su voz más chillona— Solo me creerá si se lo dice una chica.

—¿Qué? — pregunté confundida— ¿Qué es un retiro de...?

—Es una excusa— aclaró— Por favor, es que quiero ir a la fiesta de un amigo y no me dejarán ir a menos que dé una excusa boba.

—Está bien...—suspiré— Pásame a tu padre.

—Solo una cosa más...Te llamas Bergonia Hernández, tienes veinticuatro años, eres una amiga de la iglesia y te refieres a mí como "Alexandria" ¿Okay?

Miss SimpatíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora