Los médicos nos daban esperanzas, yo acompañaba a Emilio a cada quimioterapia, intentaba que todo fuera un poco más llevadero para él y creo que lo estaba logrando. Doña Lucrecia me dijo que él estaba más feliz, que dejó de decir que se iba a morir, que le estaba echando ganas al tratamiento y eso estaba ayudando. Un fin de semana y después de haber hablado con él doctor para tener su autorización, lleve a Emilio a donde mi abuela.
-Emilito de mi corazón, mi muchacho - dijo mi abuela que salió casi corriendo de la casa para saludarlo- Te extrañé muchísimo muchacho.
-Martina- se unieron en un abrazo- también te extrañé demasiado, no sabes cuanto.
-A mi nadie me saluda- me acerqué a mi abuela- ni un hola.
-Hola querida- ella me abrazó - Vamos Emilito, hice algo que la última vez que viniste te gustó.
-Dime que es spaghetti, por favor- yo iba detrás de ellos.
-Claro que sí, sé que te encantaron- Emilio mientras estuvimos en relación fue solo como tres veces, pero mi abuela iba a visitarnos a Bogotá y ahí se veían.Entramos a la cocina, mi abuela estaba sola en la casa porque ese fin de semana no iba a ir mi familia. Mientras servían yo fui y dejé las maletas en la habitación, Emilio dormiría en la cama grande y yo en la pequeña para estar pendiente de él. Al salir me senté en el comedor y ellos estaban charlando, me uní a la conversación.
-Bueno, ¿ustedes ya volvieron a ser novios? - mi abuela como siempre tan prudente, yo sentí el calor en mis mejillas y Emilio estaba igual de rojo a mi - No se pongan rojos y contéstame la pregunta.
-No abuela, nosotros somos muy buenos amigos - bajé la mirada a mi plato - solamente amigos.
-Pero ustedes no quieren ser amigos- mi abuela comió - pero allá ustedes par de tortolos- Emilio sonrió- Cuéntame querido, que te ha dicho el médico.
-He avanzado en el tratamiento, el doctor dice que estoy mejorando y que poco a poco el cáncer se está diluyendo-sonrió - Necesitaba felicidad en mi vida y ya la encontré.Seguimos hablando, después de almorzar mi abuela fue a tomar la siesta, una siesta como de 2 horas. Invité a Emilio a pasear y él aceptó, fuimos a el mirador.
-Sigue siendo una vista espectacular - dijo él mientras nos sentábamos a admirarla.
-Vuelve conmigo- no hubo rodeo alguno para decirlo, fuí directo al grano- Déjame ser tu novia de nuevo, por favor- él volteó su mirada hacia mí y se quedó en silencio- fui muy lanzada, perdón yo solo…El se fue sobre mis labios, llevaba meses sin volver a besarlo y fue como ir al cielo y volver. Sus labios eran delicados y sus besos son los mejores.
-Claro que sí te dejo ser mi novia- dijo al separarse de mi boca- No puedo vivir sin la felicidad que me das.
-Te amo tanto mi chocolate ojos de mar- lo abracé.
-Yo te amo aún más, tamalito precioso y lleno de Amor- nos quedamos abrazados un rato, para después volver a besarnos. Amo tanto a este hombreAl volver a la casa le dimos la buena nueva a mi abuela, ella estaba dichosa. Jugamos parqués un rato, cenamos y nos fuimos a dormir. Nos acostamos juntos en la cama grande, yo me hice sobre su pecho y empecé a besarlo.
-Oye, oye ¿no te da vergüenza con tu abuela? - dijo él mientras yo estaba besando su cuello.
-Ella está dormida- me separé de su cuello- Pero si no quieres yo no tengo problema, podemos dormir.
-No no no- bajó su cabeza hasta mi y me besó en la boca - Si quiero, no sabes cuanto.Me abalancé sobre él y empecé a besarlo, volver a sentir su cuerpo, sus besos por todo el mío, las risas que se salían y nuestras respiraciones agitadas me llenaban, me hacía ser feliz. Hacer el amor esta vez fue lento, con amor, con delicadeza y con pasión.
Al acabar me senté en la cama y él imitó mi acción, nos colocamos frente a frente y yo agarré su mano.-Extrañaba tanto esto- dije mirándolo a los ojos- te extrañaba tanto a ti.
-Yo igual mi vainilla- soltó una risa- estaba en un verano.- me reí.
-Éramos 2- agarré su rostro - Te amo con todo mi ser.
-Te amo con cada parte de mi- me respondió y nos dimos un beso. - Quiero que me prometas algo- dijo él al separarnos.
-Dime- me acosté sobre sus piernas y él empezó a acariciar mi cabeza.
-Si en algún momento me llega a pasar algo, ya sabes cómo morir o algo así. Prométeme que vas a seguir adelante, que vas a buscar el amor de nuevo, que vas a ser feliz- me levanté de sus piernas.
-¿Por qué dices eso? - lo miré confundida.
-Sólo prometelo- él sacó su meñique.
-Te lo prometo- agarre su meñique con el mio- pero no va a ser necesario, según el doctor ya estás mejorando, te vas a recuperar y voy a ser feliz a tu lado. - él sonrió y nos acostamos, no sé en qué momento pero nos quedamos dormidos.
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Simplemente pasan
Teen FictionEl amor llega cuando menos lo esperas y se va cuando más lo necesitas, pero las cosas buenas o malas que esten destinadas a ser, simplemente pasan.