-Ya dime- estábamos en el aeropuerto.
-¿Qué país has querido conocer desde siempre?- abri mi boca
-¿Italia?- él sonrió- No me jodas, ¿Vamos para Italia?
-Si- dijo sonriendo- Sorpresa.
-Te amo- brinqué sobre él y empecé a besarlo- Gracias.
-Espero haberte empacado la ropa indicada.- me bajé
-Yo sé que sí- empecé a brincar- Qué emoción.
-Me gusta mucho verte así- me sonrió.
-Me das mucha felicidad- lo abracé- Te amo.
-Te amo más bonita- acarició mi rostro.
-Pasajeros con destino a Milán acercarse a puerta de abordaje-
-Somos nosotros- me dijo agarrando las maletas.
-Yo no lo puedo creer- dije emocionada. Subimos al avión y aunque era un vuelo largo dormí muy poco. -Llegamos- sacudí a Juan Pablo que estaba en su quinto sueño- vida, ya llegamos- sonreía de oreja a oreja.
-Bienvenida- sonreí. Bajamos del avión y tomamos un taxi, miraba por la ventana esa ciudad de ensueño. Él solo me veía. Llegamos, eran las 5 de la mañana.
-¿Vas a dormir un ratico?- me preguntó entrando a la habitación.
-¿Dormir?- cerré la puerta y lo abracé. Empecé a soltar los botones de su camisa- Si- él soltó una carcajada.
-Venga para acá- él me alzó y me dejó sobre la cama- Te voy a quitar esto tan incómodo.
-No es incómodo- llevaba una sudadera- es lo más cómodo que tengo- dije bostezando. Él se quitó su camisa y pantalón.
-Durmamos hasta las 10- puso una alarma en su celular- y luego vamos a desayunar.
-Bueno- lo abracé y quedamos dormidos.
__
-¿Quién es la cumpleañera más bonita del mundo?- me despertó con un beso. Llevábamos 2 días en Italia.
-Ay no sé- me enrollé en él.
-Feliz cumpleaños mi vida, te amo- dijo sobre mi cabeza. Yo abrí mis ojos.
-Gracias mi vida, te amo- le dí un beso- te amo- le dí otro beso- te amo- él rió sobre mis labios. Y giró para quedar sobre mí- ¿Así de una?- él me miró confundido- Bueno- levanté mis hombros.
Empezó a besar mi cuello, bajando por mi pecho y abdomen y sentía como se estaba poniendo, el calor empezó a subir en mí. Bajó mi ropa interior y volvió a subir a mi boca.
-¿Dónde están?- miró la mesa de noche buscando los condones.
-Estoy tomando pastillas- le sonreí- Pero si quieres los busco.
-No- me besó- Si tú estás de acuerdo no lo usamos.
-Si- mordí su labio- quiero.
Pequeños gemidos salían de nosotros, él era muy bueno y estaba muy bien dotado. Mi celular sonaba en la mesa de noche.
-¿Vas a contestar?- dijo deteniéndose.
-¿Estás loco?- lo giré y yo quedé sobre él. Besé su cuello- hay- empecé a subir y bajar- prioridades- él rió.
Al acabar me acosté a su lado y él me abrazó acostándose sobre mi pecho y jugando con su dedo sobre mi abdomen.
-Me haces cosquillas- yo jugaba con su cabello.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente pasan
Novela JuvenilEl amor llega cuando menos lo esperas y se va cuando más lo necesitas, pero las cosas buenas o malas que esten destinadas a ser, simplemente pasan.