Capítulo 42

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-Ya dime- estábamos en el aeropuerto.

-¿Qué país has querido conocer desde siempre?- abri mi boca

-¿Italia?- él sonrió- No me jodas, ¿Vamos para Italia?

-Si- dijo sonriendo- Sorpresa.

-Te amo- brinqué sobre él y empecé a besarlo- Gracias.

-Espero haberte empacado la ropa indicada.- me bajé

-Yo sé que sí- empecé a brincar- Qué emoción.

-Me gusta mucho verte así- me sonrió.

-Me das mucha felicidad- lo abracé- Te amo.

-Te amo más bonita- acarició mi rostro.

-Pasajeros con destino a Milán acercarse a puerta de abordaje-

-Somos nosotros- me dijo agarrando las maletas.

-Yo no lo puedo creer- dije emocionada. Subimos al avión y aunque era un vuelo largo dormí muy poco. -Llegamos- sacudí a Juan Pablo que estaba en su quinto sueño- vida, ya llegamos- sonreía de oreja a oreja.

-Bienvenida- sonreí. Bajamos del avión y tomamos un taxi, miraba por la ventana esa ciudad de ensueño. Él solo me veía. Llegamos, eran las 5 de la mañana.

-¿Vas a dormir un ratico?- me preguntó entrando a la habitación.

-¿Dormir?- cerré la puerta y lo abracé. Empecé a soltar los botones de su camisa- Si- él soltó una carcajada.

-Venga para acá- él me alzó y me dejó sobre la cama- Te voy a quitar esto tan incómodo.

-No es incómodo- llevaba una sudadera- es lo más cómodo que tengo- dije bostezando. Él se quitó su camisa y pantalón.

-Durmamos hasta las 10- puso una alarma en su celular- y luego vamos a desayunar.

-Bueno- lo abracé y quedamos dormidos.

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-¿Quién es la cumpleañera más bonita del mundo?- me despertó con un beso. Llevábamos 2 días en Italia.

-Ay no sé- me enrollé en él.

-Feliz cumpleaños mi vida, te amo- dijo sobre mi cabeza. Yo abrí mis ojos.

-Gracias mi vida, te amo- le dí un beso- te amo- le dí otro beso- te amo- él rió sobre mis labios. Y giró para quedar sobre mí- ¿Así de una?- él me miró confundido- Bueno- levanté mis hombros.

Empezó a besar mi cuello, bajando por mi pecho y abdomen y sentía como se estaba poniendo, el calor empezó a subir en mí. Bajó mi ropa interior y volvió a subir a mi boca.

-¿Dónde están?- miró la mesa de noche buscando los condones.

-Estoy tomando pastillas- le sonreí- Pero si quieres los busco.

-No- me besó- Si tú estás de acuerdo no lo usamos.

-Si- mordí su labio- quiero.

Pequeños gemidos salían de nosotros, él era muy bueno y estaba muy bien dotado. Mi celular sonaba en la mesa de noche.

-¿Vas a contestar?- dijo deteniéndose.

-¿Estás loco?- lo giré y yo quedé sobre él. Besé su cuello- hay- empecé a subir y bajar- prioridades- él rió.

Al acabar me acosté a su lado y él me abrazó acostándose sobre mi pecho y jugando con su dedo sobre mi abdomen.

-Me haces cosquillas- yo jugaba con su cabello.

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