Capítulo 30

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Pasaron 2 semanas, todos habían vuelto de donde vinieron menos él. Mi mamá se quedaba conmigo en las noches y él en el día acompañándome. Los papás de Emilio y Nicolás me visitaban seguido. Juan y Nico se llevaban bien.
La ropa de Emilio fue donada y mi vestido de novia también salió de mi casa. Era hora de dejarlo descansar.
Una noche soñé con él, no decía nada. Solo me sonreía.

-Hola hija- Mi mamá me llamó- ¿Qué haces?.
-Nada mamá, Juan está haciendo algo para cenar y yo estoy viéndolo- el rió.
-Tengo algo pendiente esta noche, ya sabes- me reí.
-El aniversario con papá, sí sé- ella rió- Puedo quedarme sola mamá, tranquila.
-¿Segura?, Me preocupa dejarte solita-
-Sí señora-
-Yo me puedo quedar contigo- dijo Juan.
-Eso me relajaría muchísimo- dijo mi mamá- dile a Juan que si, que por favor se quede contigo.
-¡Ay mamá!, ¿No te da pena?- Susurré.
-No hay que tener pena- él dijo y se acercó al teléfono- yo me quedo con ella clarita, no te preocupes- me reí.
-Gracias Juanpa- dijo mi mamá- Juiciosos chao- colgó.

Juan fue de nuevo hacía la estufa, yo lo veía de lejos. El delantal y verlo tan concentrado hacía que me derritiera, me encantaba verlo así.

-Esto ya está- me sonrió- podemos cenar, ver una película y luego nos dormimos.
-Me gusta el plan- le sonreí.

Hicimos tal cual él dijo, vimos "La última carta de amor" acostados en mi cama. Al acabar él se levantó.

-Me voy a dormir- me dijo y le sonreí.
-Está bien, puedes dormir en la cama de invitados- Lo miré.
-¿Necesitas ayuda en algo antes de que me vaya?- negué.- Buenas noches- se acercó a darme un beso en la mejilla.
-Buenas noches- le sonreí y él se fue. Me empijame y me acosté a dormir.

Me desperté como me pasaba todas las noches desde el accidente, sudando y con la respiración agitada. Tenía esa pesadilla recurrente que era más bien el recuerdo de ese momento en el que ese señor me disparó y me despertaba asustada pensando en que en cualquier momento podía volver a pasar.
Mi mamá nunca lo notaba, ella tenía el sueño tan pesado que no la despertaba un terremoto. Me levanté por un vaso de agua.

-¿Qué pasó Isa?- él salió de la habitación de invitados. En pijama y ligeramente despeinado, se veía muy bien.
-No quería despertarte papo, perdón- le sonreí- sólo vine por agua.
-¿Te duele?¿Que más necesitas?- se acercó a mi.
-Tuve una pesadilla- reí- la misma pesadilla desde ese día.
-Ay princesa- me abrazó- ¿Qué sueñas?- le conté- Es que eso es un evento traumático.
-Otro- me reí y él me miró confundido- No me prestes atención, regresa a dormir.
-Te acompaño hasta que te duermas ¿Te parece?- me sonrió- la compañía te dará seguridad.
-Está bien- él apagó la luz y nos fuimos hacía la habitación. Nos sentamos en la cama.- ¿Me dejas preguntarte algo?- él giró a verme.
-Claro- respondió sonriente.
-¿Le tienes miedo a algo?- el rió- respóndeme- le dí un ligero puño en el brazo y crucé mis piernas.
-A las alturas- levantó sus hombros- creo que ya te lo había dicho.
-Es cierto- reí- ¿A nada más?
-Creo que me da mucho miedo que algo le pase a mi familia mientras yo no estoy- se recostó contra la cabecera de la cama- ¿Tú a que le tienes miedo?
-Ay papo- me reí- le tengo miedo a todo.
-Te escucho- dijo mientras reía.
-Me dan miedo las tormentas y pánico manejar en la lluvia, me da miedo montar en moto, le tengo pavor a las serpientes y a veces me da miedo la oscuridad- él soltó una carcajada- Es que me da miedo que me jalen los pies- reí con él- también me da miedo perder a las personas importantes para mí- bajé mi cabeza.
-El miedo es un sentimiento natural- se acercó a mí- yo también tengo otro miedo.
-¿Cuál?- levanté mi mirada y lo vi a los ojos.
-Me da miedo perderte- entre cerré mis ojos.
-Eres adorable- me acerqué a él y le dí un beso, un beso donde sentí que todo se revolvía dentro de mí, su beso era suave pero demasiado apasionado. Él me correspondió.
Puso su mano detrás de mi cuello y yo puse la mía en su cara. Fue un beso largo, pero como todo en la vida, tuvo que acabar por falta de aire. Al separarnos él me sonrió e hizo que yo hiciera lo mismo.
-Eh- rió.
-¿Muy lanzada?- le sonreí- perdón.
-No, no- se acercó de nuevo a mí- ¿Puedo?
-Ujum- ahora él tomó la iniciativa y como el primero, fue un gran beso. Al acabar él sonrió.
-Es que no lo creo- soltó una carcajada- ¿Acaso esto es un sueño?
-Pero es mi sueño- él se tiró hacía atrás.
-Me mataste- solté una carcajada.
-Ahora si ya me dió sueño- peiné su cabello y le sonreí. Me fuí hacía debajo de las cobijas- Puedes ir a dormir tú también.
-Yo espero hasta que te duermas- me sonrió- de pronto vuelven esas pesadillas horribles.
-Puedes acostarte acá- señalé el lado de la cama vacío- está haciendo frío.
-Descansa- dijo acostándose a mi lado.
-Tú igual- le sonreí y mientras él acariciaba mi cabello me quedé dormida.

NARRA JUAN PABLO

JP: Paul, ¿Estás dormido?
P: ¿Dormido? Jajaja son las 11 de la mañana.
JP: Es cierto jaja, es que necesito un favor.
P: Mande
JP:¿Puedes hablar con Isa?, Está teniendo pesadillas desde lo del asalto.
P: ¿Y tú cómo sabes eso?
JP: Jaja, es que tuve que quedarme esta noche con ella y me lo dijo. También sé que no me corresponde decírtelo pero ella me preocupa y si yo no me hubiera levantado eso seguiría pasando.
P: Hablaré con ella sin decirle que tú me contaste. Eso puede llegar a ser un evento traumático.
JP: Gracias Paul. Te tengo que contar otra cosa, un secreto por el momento.
P: Cuéntame.
JP: Me besó.
P: ¿Qué? ¡QUEEEEEEE!
JP: Me besó Paul, ella a mi jajaja.
P: Dios, que emoción. ¿Qué hiciste?
JP: Pues corresponderle el beso.
P: Yo necesito detalles de esto, te voy a llamar.
JP: ¡No!
P: ¿Por qué?
JP: Es que ella está acá a mi lado, estoy esperando a que se duerma bien para irme.
P: Eres adorable pablo jajaja. Entonces  me llamas y me cuentas TODO apenas puedas.
JP: Está bien, Chao.
P: Chao
JP: y no le cuentes a Aaron aún.
P: Seguro ella le cuenta jajaja, buenas noches.

Seguí viendo un rato el celular y me quedé dormido.
Me levanté con un ligero olor a café.
-Buenos días- me dijo ella despertando. Se veía preciosa, ligeramente despeinada y sus ojos hinchaditos.
-Buenos días- le sonreí.
-Hiciste café, que rico- se sentó en la cama, recostandose en la cabecera de la cama.
-No, yo no- ella abrió los ojos- me acabo de despertar, me quedé dormido.
-¿Entonces?- nos levantamos y fuimos hacía la cocina.
-Hola hija- Doña clara estaba preparando café.- Los vi durmiendo tan rico que no quise despertarlos.
-Gracias mamá- ella sonrió y yo me quedé callado- me voy a cepillar los dientes y vuelvo.
-Yo igual- dije. En el carro llevaba mi maleta porque se supone que viajaría a la finca este fin de semana. Ahí llevaba lo necesario para mi estancia improvisada.
-Espera Juanpa- Dijo doña clara- ayúdame a bajar eso por favor- Isabella se fue a su habitación.
-¿Esto?- ella asintió.
-¿Ustedes dos ya se volvieron novios?-
-No señora, lo que pasa es que anoche tuvo una pesadilla y la acompañé un rato- me reí- y me quedé dormido.
-Ay- ella siguió cocinando- me tienes que contar a penas sean novios.
-Claro Clarita- reí. Mi relación con doña clara y don Roberto era muy buena, les caía bien y ellos a mí.- Voy al baño.- salí de la cocina y entré a la habitación que me habían dado desde el inicio, saqué mi cepillo y me lavé los dientes. Salí a llamar a Isabella.
-Te digo que fue un muy buen beso Aaron, me mata ese hombre- escuché desde la puerta y eso hizo que sonriera- Pero no creo, creo que para la relación aún faltan más citas- ella rió.
-Yo ya los veo casándose y a ti viéndolo despertar a diario- dijo Aaron
-No te imaginas lo bello que se ve recién despierto, todo despeinadito- suspiró- divino Aaron.
-Hola- entré.
-Juan- ella sonrió.
-¿Dónde está ese ingrato que desde que lo perdoné no volvió a hablar conmigo?- dijo Aaron desde el teléfono.
-Perdóname mi amor, no lo vuelvo a hacer- me acerqué- ¿Cómo van?
-Todo bien, ¿Cómo te trata esta mañana?- él sonrió.
-Super, no me puede tratar mejor- le sonreí- Tu mamá nos está llamando- le dije a Isa.
-Los dejo par de tortolos- dijo Aaron y nosotros reímos- Chaito.
-Chaito- dijimos y salimos a desayunar.

Desayunamos y luego yo me fuí para la finca, como ese lunes era festivo me quedaría allá. No pensaba en nada más que en esos besos, esos besos que me llenaron de vida.
En dos semanas cumplirían años mis niños, entonces empezamos a cuadrar todo para la fiesta. Sería en la casa de Bogotá para poder invitar a sus amigos y la temática esta vez puesta por Lucía, porque se turnaban cada año, era principes y princesas.



Su primer besito por fin, me muero de amor amigues. Un abrazo

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