Sin ti.

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--No puedo creer que me hayas traído a una playa nudista-- Sentada desde el balcón de la habitación he llamado a Lizbeth.

--Pensé que te gustaría cambiar de vista!!-- odiaba cuanto reía, pero la verdad es que estaba agradecida por éste viaje.

--Deberías de venir antes del Viernes, me lo debes por dejarme aquí--

--Puedes ir a la playa!-- reía de nuevo--

--Sabes que no voy a regresar--

--Bueno, puedes quedarte en el hotel hasta el Viernes--

--No veo ningún problema, el hotel tiene alberca y tengo una hermosa vista del mar--

--Vamos, como gustes. Tengo que irme, nos vemos el Viernes!!-- Lizbeth sonreía, estaba del mejor humor.

No tengo mucho que hacer, me he traído un buen libro, el restaurante tiene buena comida, tengo una hermosa vista y la alberca esta disponible.

"miro el celular y suspiro" "Debería de llamarle?" "Pongo el celular a un lado"

Me he tirado a dormir en la silla larga del balcón, he ido por un masaje en la tarde y cenado en el restaurante, me he quedado en el balcón hasta tarde mirando las estrellas y pensando. 

"Da lo mismo estar aquí que estar en la casa sola" 

Suspiro, me meto en la cama, acaricio el otro lado, extrañando... extrañándolo.

El Jueves no ha sido tan diferente del Miércoles, le he mandado unas fotos a mi familia y quedo tranquila sabiendo que ellos saben que estoy bien, pero de nuevo miro el celular. 

"Ah! debería dejar de pensar en ti!!"

"Whatsapp"  

Lizbeth: Ya estamos aterrizando!

Julia: Ven pronto!

Lizbeth: Calma que no puedo apresurar nada!
                 ¿A dónde iremos  esta noche?

Julia: Vamos a bailar?

Lizbeth: Ahh siiii, me encanta la idea!! Sé de un lugar con buena música.

Julia: La  gente lleva ropa?

Lizbeth: Pues... poca pero lleva :)))

"Dos horas y media más tarde"

--Abrázame!!!-- corría Lizbeth en el Lobby del hotel--

Sentí que la vida era más ligera mientras la abrazaba, sentí que podía quedarme enrollada en sus brazos hasta saber que hacer, Lizbeth es mi persona favorita; no hemos hablado mucho desde que me he "casado" de hecho ella no sabe mucho del asunto, pero nos mantenemos "abrazadas a la distancia" es por eso que ella esta aquí, sin preguntas, sin regaños, con los brazos abiertos dispuesta a pasar la tormenta a mi lado, porque de eso estoy segura, ella sabe que me estoy hundiendo, ha venido a rescatarme. Lo sabemos en el silencio de este abrazo tan largo.

Pasamos hablando en el balcón, un poco de todo, de su vida, su trabajo, que ha dejado a Manuel el fin de semana por venirse conmigo, que no sabe si debería de seguir con él, pero como lo quiere, aunque no haya nada seguro entre ellos después de tantos años. 

--¿no entiendo por qué no me ha dado el anillo!?, llevamos siglos viviendo juntos y no se decide, tal vez lo nuestro no sea estar juntos... ah! pero qué hago si me deja?-- se tira en la cama como si fuera adolescente.

--No va a dejarte, te ha dejado venir aquí conmigo, no se ha puesto de malas, o sí?-- la  miro desde el sillón frente a la cama.

--No, le ha parecido extraño que estés tan lejos de la ciudad, después de no saber de ti por meses-- me levanta la ceja indignada.

El contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora