Recostada en el pasto observaba el claro y azul grisáceo del cielo, la mañana terminaba y el sol de medio día se dejaba sentir con la fuerza de su calor casi arriba de mi, él no bajó por el resto de la tarde, o tal vez salió por la puerta de manera que yo no escuché nada, por si fuese una o la otra forma, a mi parecer no me importaba demasiado, yo estaba dispuesta a mirar el cielo por las siguientes horas hasta que dolor de mi espina dorsal se sintiera tan agudo que no lo soportara, pero incluso con eso, estaba dispuesta a padecerlo, hasta que encontrara la paz por lo que había dicho o hecho, ya que no encontraba la sentencia exacta para sentirme expiada por lo que fuese que sintiese.
No miraba el cielo, miraba al más allá, al infinito, quería consuelo, fuerza y una opinión exacta de lo que estaba sintiendo exactamente. Pero me daba la sensación que no llegaba, que se desistía para siempre de mi ruego; así que me levanté, me sacudí el pasto de mi ropa y miré hacia adentro, no quería mirarlo cara a cara, no todavía, me sentía avergonzada, como si fuese una niña regañada por su padre evitado ser atrapada saliiéndose de su castigo.
Aunque quise repetirme varias veces que no había hecho nada malo para sentirme así, la culpa me apretaba el pecho para dejarme con apenas un hilo de aliento, me agarraba el pecho con la mano como si quisiese sostenerlo. Avergonzada avanzaba dentro de la casa.
Todo en la mesa seguía en su mismo sitio, algunas moscas ya volaban al rededor así que mejor tiré todo y coloqué los trastos sucios en el fregadero, sin intención de lavar, subí las escaleras y como lo supuse Andrew no se encontraba en la habitación, probablemente salí hace mucho rato y no me di cuenta, preparé la tina de baño y en cuanto estuvo a la mitad me metí y cerré la llave.
Cuando miré el celular casi dos horas habían pasado desde entonces, creo que me quedé dormida y el frió del agua me ha despertado.
Tomó la toalla que esta detrás de mi y me levanto. Al parecer mi mente sigue vagando en algún lugar, no me siento con ganas de salir o hacer otra cosa, así que me seco un poco y me voy a la cama.
De nuevo miro el reloj, son las 7 de la tarde, me pongo una pijama nueva y bajo a revisar la casa, Andrew sigue sin aparecer. Un dolor agudo me penetra el vientre y un miedo en forma de escalofrío me invade la piel, cierro las puertas y cortinas, regreso a mi habitación con más pena que antes, creo que esta vez fui muy lejos y siento un temor de que Andrew no vuelva a la casa por un largo tiempo, pero no puedo hacer nada, me encierro en la habitación y miro una película para distraerme. Casi las 10 de la noche y nada de que aparece, así que espero un poco más y ahora la niña que sentía vergüenza de ver a su padre siente miedo que el padre este tan enojado que no regrese a casa y así castigue con más pena a la pobre. Casi las 12 y nada que escucho la puerta abrirse, pero decido esperar un poco más mirando otra película, pero ahora que son pasadas las 3 no puedo resistir, apago el celular y me resigno a dormir sin sentirlo a mi lado.
El sonido de un mensaje al celular me ha despertado, son las 8 de la mañana, cuando miro el remitente abro el mensaje enseguida.
"regreso en una semana"
Era todo lo que decía, y la pena me invadió al grado que mis ojos se llenaron de lágrimas. ¿qué me sucedía?, ni yo misma me entendía, el intento de seguir las apariencias y cumplir al pie de la letra un contrato que me recordaba a mi misma todos los días para no caer engañada por la falsedad de un enamoramiento, era lo que me temía que pasaba justo en este momento, sentía todo el miedo de perderle y me deje llorar por largo rato.
No respondí como era lo usual, y con el dolor de saber que no recibiría más noticias hasta verle volver, me levanté de la cama para salir a ver a mi familia, necesitaba un poco de aire y sobre todo sentir el abrazo de mi sobrina que me recordaba que alguien me amaba sin la regla escrita de hacerlo.
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El contrato.
Non-FictionJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...