Hemos intercambiado mensajes, la mayoría comienza con sus preguntas sobre Nana, después pregunta si necesitamos algo y un poco titubeante me pregunta como estoy y si necesito algo; me recuerda que debo de cuidarme, comer bien, salir a caminar, y hacer algo divertido.
Llevo 2 meses en casa de Nana, a ella le gusta tener una rutina, y la hemos seguido tan estrictamente que siento que me he robotizado; ella desayuna por su parte temprano a las 7 am, lee un poco y da instrucciones para el almuerzo y la cena. A las 9 am es mi desayuno, Nana hace las mismas preguntas,
--¿Haz dormido bien?, ¿te sientes cansada?--
Luego me relata su rutina antes de dormir, lo poco que hace después de que la he dejado en su habitación, me despido, cierro la puerta y voy a la mía. Sé que Nana no hace mucho antes de quedarse dormida porque siempre me relata lo que sigue de la historia que continua leyendo. Nana casi no ve televisión por la noche, eso lo hace en la mañana, cuando yo bajo a desayunar, mira un poco de todo, luego me relata lo que ha visto. Hasta ésta tarde, que me ha dicho que el mes ha terminado.
--Vaya-- suspira -- dos meses han pasado rápido, creo que estoy lista para regresar a mi vida normal. Ya puedo subir las escaleras -- saca la silla frente a la mia y después de sentarse, continua. --¿Crees que el Dr. me dará de alta pronto?-- me mira, pero no espera una respuesta, su pausa es porque esta pensado en su próxima cita--
--Es en tres días, pero si quiere puedo llamar a la clínica y preguntar si nos pueden atender antes--
--¿Crees que se pueda?, yo estoy lista para volver a mi rutina y creo que tu estarás más que aburrida de estar en la casa-- se sienta, pero la noto agitada, se toca el hombro izquierdo, se toca el pecho.
-¿Se encuentra bien?--
--Por supuesto, solo reviso y espero que mi corazón también lo este-- se toca el pecho de nuevo y espera, respirando tranquila.
--¿Regresarás a México pronto?--
No estoy segura si me preguntaba o si lo confirmaba, era una especie de ambos.
--No tengo prisa por irme-- le sonreí y llevé los trastos a la cocina.
--¿Y Andrew?-- me sigue despacio.
--Hablamos seguido, bueno, nos escribimos, él esta bien, no creo que le importe que no este allá, ha estado muy ocupado--
--Pero eres su esposa, deberías estar con él-- la sigo a la sala. Se detiene y mira por la ventana. --¿Esta todo bien entre ustedes?, ¿será que te has querido quedar porque las cosas no van bien?
"oh Nana, si supieras" he pensando.
--Andrew trabajo mucho Nana, no tenemos tiempo de discutir-- de pie junto a ella, miramos la ventana, aunque no sé que miramos exactamente.
Suspira y se queda en silencio.
Me gusta tu compañía, eres una chica muy tranquila, hablas poco y casi siempre solo respondes, hablas mucho con tú familia, creo que estas lista para la tuya, no creo que deberías de esperar más, eres muy dedicada y tienes una paciencia que respeto mucho, mis hijas se hubieran hartado de mi simple rutina en menos de una semana, pero tu aprendiste rápido, fuiste paciente conmigo y te lo agradezco mucho, pero creo que estas lista para tener lo tuyo, lo que sea que quieras que sea tuyo, no te hagas de la rutina de nadie, no sigas los pasos de nadie, crea tu camino y forma tú familia, ya sea si quieres hijos o no, si quieres un negocio o no, si quieres crear o si quieres dirigir, serás muy buena en lo que decidas porque eres perseverante.
Miró la ventana, se quedó en silencio, mi corazón estaba atorado en mi garganta, no supe si llorar, solo deseaba que ella no continuara.
Me tomó de la mano sin dejar de mirar al frente. Me apretó fuerte. LA sostuvo unos minutos, creo.
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El contrato.
Não FicçãoJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...