– ¿Dónde está Nana?– estaba en la cafetería a la entrada del centro comercial, justo dónde Nana me había pedido que la esperara. En lugar de eso, estaba sentada junto a Timothy.
– Creo que ha ido a arreglar unos papeles antes de venir aquí.– Timothy miraba impaciente su teléfono.
Con un sonido gutural asentí a su respuesta.
El silencio entre dos personas no me incomoda, lo que me incomoda es ver que la otra persona está demasiado ansiosa tratando de mantenerse en silencio.
– ¿ Te encuentras bien?–
– Sí, solo quiero terminar con ésto.–
– Pero aún no hemos comenzado las compras–
– ja!. No hay compras por hacer, Nana te ha pedido que vengas para que tú marido no sospeche, pero ésto está tomando demasiado–
– ¿a qué te refieres?–
– Nana ha venido a firmar unos documentos, bueno, no aquí pero allá, en las oficinas de los abogados y contadores– señalaba hacia el este pero ahí solo había una tienda departamental, supongo que se refería afuera pero en esa dirección.
– ¿ Qué clase de documentos?–
– ¿ Estaba en deuda con la famila y finalmente pude terminar de pagar, pero en lo que a mí me concierne, ellos debieron de haberme pagado esa cantidad por los problemas que me causo el señor Kent– más ansioso ahora que antes, puso ambas piernas separadas sobre el piso y se acercó a mí como queriendo contar un secreto.– Es la primera vez en casi 8 años que Andrew ha venido a la casa, Nana me pidió terminar con ésto lo antes posible antes de que regresarán a México y él decidiera revisar las cuentas. Fue un milagro que accediera a que Lisa y yo vinieramos a celebrar la Navidad con Nana. Creo que lo hizo más que nada por ti, pero si me lo preguntas, yo creo que le ha sido difícil no romperme la cara.– terminó con una risa irónica.
– no entiendo a qué te refieres–
– Andrew se fue a hacer unos negocios a México, su padre, el Señor Kent lo mandó, ya que estaba enfermo. Mientras yo me encargaba de los negocios aquí. Pero la enfermedad del Señor Kent se complicó, él me pidió que no hablará con Andrew (suspirando fuerte y pesado) entonces falleció por un ataqué respiratorio, nadie habló con Andrew, dejaron que terminará los negocios y fue hasta casi un año después, en realidad ocho meses habían pasado, Andrew llamaba seguido para dar informes, hablaba conmigo para notificar a su padre, Nana, Hanna y Helen no dijeron nada. Hasta que estuvo a punto de regresar, alguien en la oficina en México que viajaba desde París le dió la noticia, no supimos cómo fue, pero lo siguiente que escuchamos fue que se quedaría en México indefinidamente. Después de eso, nadie supo nada de él, hasta que hace 3 años Nana envió a Hanna, primero por una visita y luego comenzó a tomar responsabilidades y al final se quedó por periodos largos y gracias a eso, Nana sabía que su tesoro estaba bien. – tomó un sorbo de café, se sentó a mirar al otro lado y como si le hubiese sido de alivió, volvió a quedarse callado.
Mi corazón se hizo un nudo, no podía ni imaginar el dolor que pudo haber sentido Andrew, tal vez incluso decepcionado. Probablemente más que eso.
No pude evitar sentir pena por la familia, pero no estaba lejos de sentir irá contra ellos por ocultarle algo tan importante como la pérdida de su padre tan solo por los negocios.
Como quisiera abrazarlo en estos momentos.
Pero el tiempo pasaba y no sabía de Nana. Cuando una llamada al celular de Timothy nos daba una mala señal.
– ¿Es Nana?–
– sí, era ella, tuvo una discusión con el abogado, al parecer Andrew va a tener que firmar, Nana quiere que hables con él para convencerlo–
ESTÁS LEYENDO
El contrato.
Non-FictionJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...