Hasta que nos volvamos a ver.

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Todo estaba listo, la enfermera vendría dos veces por semana y Helena ayudaría a Julia en lo que fuera necesario y urgente. Hana estaría unos meses fuera atendiendo los negocios alrededor de Europa y Latinoamérica y en cuanto regresará ayudaría a Julia con Nana. Por ahora todos confiaban y agradecían a Julia por ayudar en la familia aunque no era obligación. 

Julia agradecía con amabilidad, dentro de sí se sentía parte de la familia y por ahora una parte con mucha responsabilidad, pero estaba llena de optimismo. 

Andrew tardaba en bajar las escaleras, Cesar lo esperaba en la sala con las maletas.

--Iré a ver si está todo bien-- sonrió Julia y subió las escaleras.

Tocó a la puerta antes de entrar, escuchó la voz de Andrew y entró en silencio. 

--¿Por qué has tocado?-- sonrío

--No estoy segura-- con una pequeña risa. --¿Estas listo?--

--No lo sé--

--¿Te falta algo?--

--Llegué contigo y me voy sin ti, ¿cómo debería sentirme?, la casa se sentirá gigante, vacía.--

--Es más grande de lo que crees, tal vez debas de contratar a alguien que limpie la casa, se llena fácil de polvo, abre las ventanas de vez en cuando.-- 

Andrew la miró, sabía bien a lo que se refería. 

La miraba, miraba la mesa de noche con sus pertenencias, nada se había movido, su ropa en ropero y las maletas guardadas, lo volvía loco pensar que ella se quedaba, justo ahora, justo ahora que sabía que su piel la deseaba, que su corazón le gritaba que le dijera la verdad. Pero reconocía que no era justo para ella, era demasiado tarde, solo podía esperar esos seis meses, a solas, sin ella para poder saber si lo aceptaría después de todo. No solo eso, lo quemaba la idea de saber que regresaba a México, después que había ignorado las llamadas, mensajes y correos de Alba. Era una pesadilla, una completa pesadilla. 

--Creo que tienes todo listo, escríbeme antes del vuelo, cuando hayas llegado y después de eso, no dejes de hacerlo, Nana va a preguntar mucho por ti. --

--¿Solo ella?--

--No te preocupes, será mi pretexto-- le guiñó el ojo. 

Con un abrazo fuerte Andrew se despidió de Julia antes de subirse al carro, se preguntaba si volvería a verla. La puerta se cerró, el chofer arrancó el auto y se fueron. 

Julia no pudo evitarlo y viendo que el auto estaba a cierta distancia, dejó salir las lagrimas. Andrew aclaró su garganta forzándose a no dejar salir ninguna.

--Lamento mucho que tengas que quedarte querida-- Nana abrazó a Julia y con ese abrazo Julia desahogó su tristeza. Sabía que lo extrañaría, pero no solo era eso, temía la posibilidad de que Andrew y Alba volvieran a estar juntos. 

La primer semana, era todo una rutina de aburrimiento para Julia, el personal de limpieza se hacia cargo de todo, la cocinera no faltaba ni un solo día, Helena llamaba como había prometido sin haber ninguna novedad, Nana pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación cansada dormía un poco más de lo habitual y de vez en cuando  salía a dar pequeños paseos por el jardín con Julia, esos eran momentos agradables para ambas. 

Nana descubría más de Julia y de su pequeña familia, Julia escuchaba las historias de Hana, Helena y Andrew cuando eran pequeños, era su tiempo favorito, conocer a la familia que la recibía como la genuina esposa de Andrew. 

En las semanas siguientes Julia había leído casi diez libros, se sentaba junto a Nana a aprender a tejer con ella. A final de mes ambas se inscribieron a clases de pintura y cerámica, siendo la segunda la favorita de Nana y la más difícil para Julia. 

El contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora