y ahora qué?

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–¿Entonces han hablado?–

Lizbeth y yo estamos disfrutando de un facial después de un masaje con piedras calientes.

– No hemos hablado, no de lo que realmente importa–

– Entonces de qué han hablado?–

Lizbeth se ha dado cuenta de que me incomoda hablar de ello, si tan solo supiera lo avergonzada que estoy después de haber llorado frente a Andrew? Aún después de decirle que no somos un matrimonio real le he pedido cuentas de lo que ha pasado. ¿Pero qué me pasa?

– ¿Van a separarse?–

"Julia suspira hondo"

– Lo lamento mucho– continua Lizbeth – Al menos deberías de decirle lo que sientes–

"Julia gruñe incómoda"

– Anoche le he dado la impresión de que lo detesto, estoy segura que eso es lo que piensa–

– Entonces sé honesta–

– No sé si lo vuelva a ver– de nuevo siento esa tristeza llenarme el pecho.

– Supongo que es lo mejor, ¿No crees?–

– Supongo que sí– mentira...

– Bueno, ha sido increíble el spa pero ahora debemos de ir a cenar algo–

A Lizbeth le gusta hablar, mucho, pero adoro que reconozca cuando necesito compañía en silencio. Hemos ido a cenar Ramen y no hemos hablado casi nada, pero su compañía es algo tan importante para mí en estos momentos.

Me ha llevado a casa y aunque sé que quiere entrar conmigo me ha dejado en la entrada y se ha marchado después de darme un abrazo y un beso en la frente, a veces es una gran amiga, otras, es una estupenda alma.

Suspiró antes de entrar a la casa, sé qué parte de mi sigue deseando que Andrew éste dentro esperándome pero la otra parte, una más grande no puede resistir más decepciones.

Las luces están apagadas, pero la televisión está encendida.

Miro hacia la cocina y no veo sus señas. Voy por un poco de agua y escucho a alguien bajar por las escaleras.

– Estuve esperándote para cenar–

– No debiste... Me refiero a que pudiste haberme llamado.–

Creo que es la primera vez que estamos en casa los dos desde... No tengo ni idea.

Hay silencio, pero se siente más como tristeza de no saber que decir, de pensar que ha terminado y que no sabemos cómo nos sentimos.

– ¿Quieres sentarte un rato conmigo?–

– ¿Qué estás viviendo?–

– Veamos una de tus películas–

Lo miro, no sé de qué se trata o que está haciendo, pero asiento, busco la serie que dejé de ver hace tiempo y la miramos juntos–

– ¿Te parece buena idea? Es la tercer temporada, pero no creo que sea difícil de entender. Pero si quieres podemos ver otra cosa–

–No, me gusta como se ve–

Hemos pasado tres capítulos en silencio. Siempre he sentido calma a su lado, como cuando solíamos dormir juntos, ahora mismo siento ese deseo de ponerme tan cerca de él y abrazarlo, desde hace mucho he querido sentirlo, ¿Cómo será abrazarlo? ¿ Cómo será recostarme a su lado y dejar que me abrace?

Pero creo que ya es tarde, no podemos seguir como si nada hubiese pasado, o como si planeáramos hacer algo. ¿Qué podríamos hacer?

Ni siquiera puedo pensar en romper el contrato, si no hubiera términos legales, tal vez, pero desde siempre fuimos claros, 5 años y yo podría ser libre para ir a donde siempre he soñado y él, bueno, realmente nunca he sabido que quiere. Yo tendría un patrimonio para mi familia y comodidad para hacer lo que me gusta, pero ahora... 

El contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora