Andrew salió muy temprano esta mañana, lo sé porque soy terrible para conciliar el sueño en un lugar nuevo, cada ruido, cada sombra o luz me incomoda y el sentimiento de estar en la casa de alguna persona aun no me dejaba de atormentar. Cuando escuché el sonido de la puerta de la casa al cerrarse, para mi fue como un terror de que alguien estaba dentro de la casa, así que salí de mi habitación y miré a ambos lados del pasillo para encontrarme con la puerta de Andrew y en ella una nota.
"lamento no haberme despedido, espero tengas una maravillosa semana, cuídate."
Eran las 6:37 de la mañana cuando volví a mi habitación, solo suspiré y me metí de nuevo en las cobijas, los primeros 30 minutos para volver a conciliar el sueño fueron terribles, ahora sí me sentía completamente sola, vulnerable y un poco abandonada, pero al final no sé en que momento volví a quedarme dormida. Eran las 11:25 de la mañana cuando volvía a despertar con un extraño dolor en los ojos; era demasiado tarde, pero al final de todo, no tenía absolutamente nada que hacer, pero el dolor de cabeza me saco de la cama.
Con la pijama puesta bajé a la cocina, tomé pan de la alacena, jamón y queso del refrigerador y me preparé un emparedado, tomé un jugo de naranja en su envase de vidrio y me fui a sentar a la sala, frente al televisor.
"espero que funciones"
La programación que normalmente suelo ver en casa estaba llegando a su fin, podía cambiar a cualquier canal, incluso podía conectarme a netflix y ver una película, o en youtube y mirar cualquier vídeo, pero la programación me recordó los deberes que deje en casa y no solo eso, si no que aún no le había dicho a nadie donde estaba y que era lo que había hecho, entonces ahora sí me sentía como basura, cuando pensé que no me importaría, cuando salí enojada con mi padre, cuando deje todas mis cosas y le dije que no regresaría que estaba cansada de todo, entonces sí me sentí culpable.
No tengo idea de que pensaron anoche que o llegue a casa, si preguntaron por mi a alguno de mis amigos, pero mis hermanos saben que últimamente no salgo con nadie, no tengo idea de como se sienten y es que cuando salí me dije que nada de eso importaba, pude haber dejado un recado a mi hermano, pude haberle dicho que estaría con una amiga, pero no dije nada.
"estúpida televisión" la culpaba por recordarme mi egoísmo.
No he encendido mi teléfono desde que salí, no es normal de mi, no es normal que me haya salido y no haya vuelto, no es normal, pero... desde ayer, nada de lo que era es igual.
Enciendo mi teléfono, no tengo llamadas perdidas o mensajes, pero recuerdo que tampoco tengo internet, no tengo idea de cual sea la contraseña del wifi o si es que tenemos alguna. Así que enciendo el wifi de mi teléfono y veo si hay alguna señal, encuentro más de una y todas con suficiente señal para pertenecer a la casa, comienzo a buscar detrás del televisor el rauter pero no hay nada, busco en las esquinas de la casa algún cable, todavía nada, tal vez en la cocina, en alguna puerta o escondite, pero no, no hay nada; al final , en mi cansancio recargada en la barra miro hacia arriba del televisor una repisa con una luz parpadeando.
"¡ese debe de ser!" ¿por que no la vi antes?
Pero no importa, ahora camino deprisa hacia la repisa y sobre las puntas de mis pies me levanto para lograr alcanzar el modem. Lo jalo hacia mi y sonrío al ver que en verdad es el modem del wifi de la casa, busco por debajo para encontrar la contraseña y con mi teléfono en mano comienzo a anotarla.
Unos segundos después comienzan a aparecer los mensajes en whatsapp, son tantos que solo me da el resumen de 64; son de mi hermano, me pregunta donde estoy y si voy a volver, incluso me ha escrito en la madrugada, sé que esta preocupado, pero no tengo idea de como decirle lo que ha pasado, sobre todo no quiero hablar con mi papá.
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El contrato.
Non-FictionJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...