Fue diferente entrar a la casa esta vez, llegamos temprano para preparar los útiles y salir a tiempo para la escuela. Mi padre estuvo presente desde que llegamos y aunque me sentía extraña al pensar en regresar a hablar con él, esta vez me sentía diferente para afrontarlo.
--entonces quieren que vallamos a su casa-- era una clase de pregunta afirmación que mi papá hacia.
--si, para que se conozcan y sepan donde vivimos y nos visiten cuando quieran-- quise preparar la cena en la casa, así no me sentía presionada por estar sentada frente a él.
--¿y qué?, ¿él no puede venir antes?-- su voz atacante se hacía presente.
--no esta ahora, viaja mucho, por eso lo planeamos así, si quieres le llamo-- !qué rayos acababa de decir?¡.
--a ver marcále entonces-- no perdió su oportunidad.
Tomé el celular de la mesa, y busqué su número, yo sabía que él estaba trabajando, más o menos, realmente no estaba segura pues no pregunté eso antes, así que solo me aventuré a llamarlo, cosa que estaba marcada en el contrato como algo urgente o muy necesario.
Contestó casi de inmediato y preguntó si algo malo sucedía, lo calme explicando que estaba en mi casa con mi padre al frente deseando hablar con él, si es que eso era calmarlo. Cuando escuché a mi padre comenzar la conversación no pude evitar pensar en lo peor, era la cosa más extraña hacer que ellos dos se hablaran por primera por medio del teléfono, pero creo que no había otra alternativa pues el tiempo se nos terminaba.
Hablaron, y hablaron, yo solo escuchaba a mi papá decir que" las cosas no se hacían así", pero después asentía repitiendo que yo ya no era una niña y que estaba grande y sabía lo que hacia, todo me parecía confuso, en momentos pensaba que él estaba molesto y de repente reía, y al final dijo --esta bien, nos vemos en su casa el próximo viernes, pero si pueden venir antes, vengan--.
Mi corazón se repartía en emociones y dudas, era como si mi papá se resignara a la situación o tal vez la aceptaba con bastante agrado, pero no percibía del todo que eso fuera cierto, mi padre no me daba parte para poder concretar sus pensamientos, yo solo imaginaba.
Rato más tarde, llegó mi sobrina, fue extraño llevarla a la escuela, regresar a la casa de mis padres y regresar ahí mismo para hablar con mi papá, quedarme hasta la noche cuando llegaron mis hermanos fue la otra parte extraña, no me recibieron con flores, me dieron la sensación de estar molestos, incluso heridos, no pude evitar sentirme angustiada y obviamente dolida, pero me seguía repitiendo a mi misma que "lo hecho, estaba hecho". Trague el dolor como nunca antes, trate de ser la misma de antes, pero algo en ellos me apartaba de sus emociones, era como si mu hubiesen bloqueado. Pero seguí insistiendo, eran mi familia y por nada quería perderles, separarnos o dejar de hablarnos por siempre.
Fue cuando llegó mi hermana, y nos sentamos a hablar de como era Andrew, fue entonces cuando me sentí de nuevo en casa, ella bromeó sobre todo, me fue honesta al contarme sobre como mi papá lo había tomado, era como recibir nuevamente agua fría sobre mi cuerpo que me empujaba a sentirme aún más culpable, luego ella cambiaba el tema, me contaba sobre las cosas que pasaron en mi ausencia, lo mucho que mi sobrina me extrañaba y lo ansiosa que se comportaba por volver a verme. Tomé todo con seriedad, hasta que ella con su humor sarcástico me molestaba, era un subir y bajar de emociones, pero todo era recompensado por con verlos.
Antes de irme les prometí regresar a visitarlos antes de la fiesta de cumpleaños de Andrew; con un poco más de afecto me despidieron y cuando el Uber llegó por mi, volví a sentir la soledad de dejarlos, pero con un corazón lleno, un corazón que ya no se dolía.
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El contrato.
No FicciónJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...