Más sorpresas.

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Se sentó frente a mi, del otro lado de la mesa, no de los extremos largos, o los centros de la mesa, no, si no en la parce cercana, donde a tu derecha o izquierda se sientan las demás personas. La mesa era de madera, con cuadros de vidrio para determinar el espacio de cada comensal, y ahí estaba él, sentado frente a mi comiendo juntos por primera vez, o segunda pero esta era claramente otra sorpresa. 

--Me gustaría saber más de ti-- dijo al final de plato, dando un sorbo a su cerveza. 

Por supuesto yo estaba pensando en terminar, despedirme e irme a mi habitación, probablemente preguntaría si se quedaría o no, pero no espera esto, no esperaba la charla. 

--¿y eso?-- sonreí tímidamente, esperando que no lo tomará como un desafío. 

--bueno, el día de hoy me sorprendiste, preocupándote por la chica y luego trayendo a tu hermano aquí, yo sabía muy poco de tu familia, pero ahora... solo me gustaría.-- colocando los codos sobre la mesa, supe que era enserio.

--bueno, lo de la chica, es que me dio pena, fue verdad cuando dije que ella no era la culpable, solo me sentí... avergonzada, supongo.-- 

--eso fue lindo de tu parte, y ¿tu hermano?-- entrelazaba sus dedos y sus ojos se abrían de par en par.

--fue a un concierto, estaba lejos de casa y me pidió ayuda-- me mordí el labio inferior y miré hacia el suelo, realmente no tenía mucho que decir. 

--¿qué te gusta más?-- 

Su repentino cambio de preguntas hizo que fuera yo la que ahora abría los ojos tan grandes como su tamaño.

--¿cómo?--

--sí, creo que no te sientes muy cómoda hablando conmigo y eso no creo que sea muy bueno, digo, vamos a estar casados por un buen rato, sería bueno conocernos y pasar el rato a veces, no crees?--

Lo miré entre cerrando los ojos, creo que es honesto pero pienso que hay algo más escondido en sus palabras, eso o soy tan paranoica como lo parezco.

--supongo que si..., verás me gusta la música, pero no soy de las que escucha la música y se relaja, me gusta escuchar música cuando estoy haciendo algo, cocinando o lavando, lo que sea-- 

--y dime, ¿dónde aprendiste a hablar ingles?-- 

--en la escuela, me gustan los idiomas y se me hizo muy fácil desde el principio, y lo demás lo aprendí hablando con mis amigos-- ahora, cierta parte de mi, se estaba relajando.

--¿qué más te gusta hacer?--

--bueno, soy buena aprendiendo cosas y realmente me gusta aprender, creo que soy buena usando mis manos y por eso me gusta tejer, también se coser ropa, aprendí a cocinar hace no mucho y pues me gusta, algunas cosas me salen mejor que otras y hace algún tiempo estaba aprendiendo a tocar la guitarra y el piano, pero lo deje-- 

--valla, me gusta todo eso que dices, ¿has hecho algo de ropa para ti?--

--de hecho sí, tengo pocas cosas, me gustaría tener mis propias maquinas y hacerlo más frecuente-- 

--¡sí!, deberíamos de hacerlo, podríamos ir la próxima semana y comprar unas maquinas y usar el cuarto vacío para ti-- 

--mmm... creo que no puedo pagarte todo eso, sería demasiado--

--pero si no te estoy cobrando nada, sabes que el dinero esta de sobra y que ¡yo tengo mucho que pagarte!-- sonreía y movía las manos con fuerza, estaba lleno de energía y motivado por todas las cosas. 

Yo no me sentí del todo contenta, cada cosa, cada detalle me parecía un préstamo, una deuda por largos años. Pero no pude decirle no a su entusiasmo, bueno, en realidad lo hice pero parecía que no había vuelta atrás. 

El contrato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora