Andrew salió temprano. Salió dando un beso en la cabeza a Julia. Ella lo sintió y despertó escuchando susurrar a Andrew.
Tenía que levantarse temprano, alistarse y salir.
Sabía lo que iba a ponerse, a donde ir, pero no sabía como iba a terminar el día. Seguía preguntándose como sería el último día con Andrew. Entonces se dio cuenta que lo que pensaba sería el último día no sería hoy, no sería mañana. ¿Entonces, cuando?
Cesar la llamó a eso de las 10 am para avisarle que estaba afuera y que esperaría por ella. Julia no se negó, se imaginó que esas fueron las instrucciones de Andrew.
Salió unos minutos después, saludó a Cesar con una sonrisa triste y subió al auto.
Todo pasó muy rápido.
Tal como lo imagino, los abogados estaban ahí, pero la sala no era tan fría. De echo entraba mucha luz. Podía ver el cielo claro y azulado a través de la ventana. La hizo sentir bienvenida.
Los abogados la saludaron amablemente e incluso la llamaron Señora Kent. No era como ella pensaba que sería.
Al poco entró Andrew. Los abogados se mostraron mucho más respetuosos en sus saludos con él.
Andrew se sentó al lado de Julia, tomó su mano y pidió que comenzaran.
Julia escuchó atenta, al mismo tiempo que las noticias la paralizaron. Miró incrédula a Andrew y él le sonrió. Asombrada trató de guardar silencio sin hacer preguntas hasta que los abogados terminaron. Todo era claro, pero Julia no lo esperaba, confundida, asentó cuando los abogados le hicieron las últimas preguntas y les entregaron los papeles.
Salieron de la habitación para darles tiempo.
Julia quiso inmediatamente hacerle todas las preguntas a Andrew, pero él contestó todo antes de dejarla hablar.
Le hice unos cambios al contrato, es mi forma de agradecerte por devolverme la vida.
Lágrimas cayeron de los ojos de Julia. Lo abrazó y le agradeció por todo.
Los abogados regresaron y les entregaron las plumas para poder firmar el divorcio.
Julia fue primero.
Luego Andrew.
Se miraron fijamente cuando hubieron terminado. Los abogados revisaron los papeles y salieron despidiéndose de ambos.
-- ¿Vamos a casa? –
Julia estaba confundida, negó con la cabeza.
-- Vamos a caminar –
Y así lo hicieron.
Luego fueron a comer en un restaurante italiano para recordar momentos.
Hablaron sobre el día siguiente en que vendría la familia de Julia. Lo que comerían y como les darían las noticias.
En momentos Julia y Andrew se miraban en silencio y sonreían, en momentos se notaba también la tristeza.
Llegaron a casa y prepararon para la mañana siguiente.
Todo fue de maravilla, Julia les dio los obsequios que trajo y les mostraron fotos del viaje. Fue un hermoso día. Cuando hubo terminado, Andrew se despidió de ellos, los abrazó y con maleta en mano salió de la casa.
A la mañana siguiente, durante el desayuno, Julia les dio la noticia. Se sentaron en la sala y escucharon lo primero.
-- Quiero darles este juego de llaves para cada uno. –
Les mostró la llave principal y los llevó alrededor para indicarles lo que había en la casa. Les dijo con cuidado que hacer en caso de terminarse el gas para la cocina y como funcionaba la puerta del garaje y cochera que al final fue muy sencillo.
Los llevó por cada habitación como ella pensó que era mejor distribuir cada una y si ellos decidían cambiar que fuera mutuo acuerdo.
Los llevó de paseo por los alrededores para mostrarles el mercado, las tiendas y a las personas que ella conocía.
De regreso en la casa les contó que les ayudaría con la mudanza.
Como regalo extra a su padre le dio el carro que estaba en la cochera.
Todos estaban atónitos y no podían creer que la casa ahora les pertenecía, incluso al final les dejó los papeles y les pidió que firmaran las copias.
Cuando hubieron firmado, su padre preguntó sobre donde vivirían ellos, incluso mencionó si se mudarían a Inglaterra.
Julia les dio la noticia de la única manera que pudo hacerlo, rápido y sencillo.
-- Nos hemos divorciado -- silencio -- Él quiso pasar un día mas con todos, pero no quiso decirles la noticia sin darles la casa primero.
-- ¿Va a regresar mañana? -- preguntó la hermana de Julia.
-- Probablemente no. --
Confundidos con la noticia, abrumados por el enorme regalo. Terminaron la conversación para cada uno procesar las noticias.
Al siguiente día regresaron a la antigua casa y con ayuda de Julia comenzaron a limpiar y empacar. Nadie hizo más preguntas. Julia no se veía triste, pero muy dentro de ella, tenía el corazón partido.
Pasaron las semanas y la familia de Julia por fin se había mudado totalmente a la nueva casa.
Julia pasó con ellos unos meses que disfrutó tanto como pudo.
El tiempo pasó y Julia le dió la noticia a su familia de que se iría de viaje.
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El contrato.
Non-FictionJulia y Andrew se conocieron a través de una pagina de Internet en la que se encuentran los empresarios y millonarios, pero también las chicas y chicos que andan en busca de un "patrocinador" que les ayude en sus negocios o educación. Los empresari...