El aroma dentro de la casa de MinGi era agradable, se asemejaba a las tostadas recién hechas por la mañana. El interior se encontraba con pocos muebles, pequeñas figuras de decoración en mármol y alguna que otra foto de atardeceres en el mar, todo iba en tonos cálidos y hacían juego entre sí, se notaba que la casa había sido acomodada por un profesional. Todo le gritaba comodidad Yunho, que a sus veintitrés años, guiado solo por un impulso y enojo, estaba por vivir una gran aventura.
Su ex novio siempre lo había acusado de ser coqueto e infiel, peleaban en reiteradas ocasiones por lo mismo, y esta noche, quiso darle un verdadero motivo, pero nunca midió las dimensiones de sus actos, y ahora estaba atrapado en un silencio un poco incómodo en una sala muy bonita que al parecer nunca nadie usaba. Vio a MinGi despojarse del saco y apoyarlo con cierta sutileza sobre el borde de un sofá, vio como se aflojaba la corbata y las venas de sus manos resaltan con fuerza, misma fuerza que creía debía tener dado el aspecto general que tenía, era un tipo grande comparado incluso con él, que siempre se creyó enorme.
—¿Vives solo?—Se animó a preguntar.
MinGi levantó la mirada sin mover demasiado su cabeza y asintió. Dejó de hacer lo que hacía para caminar hasta su conquista y poder al fin acariciarla. Era tan perfecto que apenas los poros de su rostro estaban abiertos, su mano siguió su camino por el mentón y terminó debajo de este posicionándose en el cuello, el cual apretó un poco para sentir las dimensiones de su garganta, era estrecho, iba a tener que ser muy cuidadoso para no matarlo y eso comenzaba a ser un problema. Siguió bajando con la mano en una caricia plana hasta las clavículas, las cuales también presionó, eran huesos frentes.
—Aprecio mi soledad—Dijo para desviar la atención hacia él y no hacia su revisión—¿Cuál es tu historia?—Preguntó.
Siguió con aquella peculiar caricia por los pectorales hasta detenerse en el vientre, era plano y con músculos fuertes, cerró sus ojos y lo olió en profundidad a medida que acercaba su rostro a la mejilla. La homeostasis era perfecta, su reproducción celular era buena, podía oler la vitalidad y el perfecto funcionamiento de sus órganos internos. Las mucosas se encontraban con un buen color y el cabello en excelentes condiciones a pesar de que lo había teñido hace poco.
—Recientemente soltero...—Dijo mientras cerraba sus ojos, la cercanía le estremecía y lo hacía sentir pequeño—Mi novio, es decir, mi ex novio era un malnacido, siempre acusándome por mi supuesta belleza, ¡y me cansé de eso!— Elevó la voz y se movió un poco lejos, MinGi le miro atentamente sin moverse demasiado de su sitio, cada acción y reacción era sigilosa, no expresaba demasiado, y podía llegar a ser antinatural, sin embargo, Yunho pareció no percatarse de eso.
—Es la acusación más acertada que he oído en mi vida—Dijo dando un paso hacia atrás.
—¡¿Qué?!
—Eres bello— adornó ante el inminente enfado—¿Quieres comer o beber algo?
—Tal vez un poco de agua...—respondió y desvió la mirada hacia su alrededor buscando un sitio en dónde sentarse a esperar—Cuando me enfado me da sed.
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El más apto [YunGi][COMPLETA]
FanfictionSong MinGi, un hombre que esconde una terrible verdad, busca con impaciencia preservar su gen. Ha probado con muchos cuerpos en diferentes condiciones de salud y ninguno le ha dado lo que quiere. No es hasta que conoce a Jeong Yunho que considera ha...