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MinGi pasó de no entender lo que estaba pasando a no poder creer que eso estaba pasando, retrajo sus tentáculos y la pieza de huevo parcialmente digerida solo se cayó al suelo

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MinGi pasó de no entender lo que estaba pasando a no poder creer que eso estaba pasando, retrajo sus tentáculos y la pieza de huevo parcialmente digerida solo se cayó al suelo. Se quedó observando a Yunho por algunos segundos, toda la anatomía del chico era normal, no había nada en él que diera pistas sobre algo que pudiese estar mal. Pero el huevo y las bolsas habían sido destruidos entonces si había algo mal. Necesitaba escuchar de él respuestas sensatas antes de entrar en pánico al menos más del que ya sentía, ya que su monstruo le había dado la espalda dejándolo desnudo como un humano más, lleno de dudas y sentimientos extraños hacia la persona que ama.

Las cosas no paraban de ser extrañas, de nuevo comenzó a sentirse muy cansado y algunos momentos después Yunho se removió en la cama. Eso era algo que supera su capacidad intelectual porque de nuevo el sedante se había ido muy rápido y Yunho ni siquiera había excretado sudor u orina.

—¿Qué haces ahí parado?—preguntó sentándose en la cama—¿Te sientes mal de nuevo?—preocupado se puso de pie pero MinGi retrocedió como si temiera algo—Amor...—dijo en un tono suave.

—Algo no está bien—murmuró.

—¿Necesitas un médico?

—No conmigo, contigo...—Yunho se sorprendió y decidió ya no acercarse.

—¿Qué pasa conmigo?

—No lo sé realmente, tú...—dijo y le apuntó el abdomen. Yunho bajó la mirada lentamente y al no ver nada extraño solo lo miró con mucha más preocupación que antes.

—¿Tienes fiebre?—se acercó con ambas manos haciendo ademán de calma.

—No...—negó y se tambaleó en su sitio, Yunho acudió a él con rapidez y a pesar de que MinGi era un tipo grande comparado con él fue capaz de servirle de apoyo para regresar a la cama.

—Creo que si tienes...—se fue en busca del bolso y sacó una pequeña bolsita de plástico—Pero esta vez estoy preparado—sonrió—Un antifebril, paños húmedos y caricias te harán bien—giró sonriendo, Song apenas podía verlo, luchaba por mantener sus ojos abiertos.

Jeong se fue por un vaso con agua y se devolvió al lado de su pareja, lo ayudó a sentarse, le puso la pastilla en la boca y lo hizo beber, le costó mucho hacer que tragara porque MinGi se rehusaba, pero lo consiguió y una vez todo estuvo donde debía le acarició la cabeza—¿De qué te enfermaste, amor?—preguntó al aire.

—Oófago...—balbuceó MinGi sosteniéndole la muñeca, Yunho frunció el ceño y le miro extrañado.

—¿Ofa qué?—preguntó, pero Song se quedó dormido, su mano se deslizó hacia la cama y concluyó la noche.

Se quedó en vela al lado de su pareja, durmiendo periodos muy cortos solo para mojar los labios con agua y controlar la temperatura. Le era muy triste ver a MinGi así, este siempre se había mostrado fuerte y ahora solo estaba tan débil y frágil, para nada le gustaba contemplarlo así, aunque debía admitir que cuidarlo era muy lindo. Eran dos facetas muy marcadas en Song; la imponente y la frágil, Yunho se preguntaba si tenía un punto medio, pero concluía en el pensamiento de que tal vez a MinGi le gustaba ser visto siempre fuerte y poderoso, por eso se ponía así, y tal vez por eso se avergonzaba al tener un poco de fiebre.

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora