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Yunho se pregunta cómo fue capaz de salir sin cargos del crimen aun cuando todo apuntaba hacia él; desde los casquillos de su arma reglamentaria, el ADN en la casa y su incapacidad para sostener una coartada creíble

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Yunho se pregunta cómo fue capaz de salir sin cargos del crimen aun cuando todo apuntaba hacia él; desde los casquillos de su arma reglamentaria, el ADN en la casa y su incapacidad para sostener una coartada creíble. Sin embargo, solo tenía encima una pena indescriptible que le mostraba como la pareja devastada o la culpable que cometió un crimen sin querer. No había un cuerpo al que adjudicar la sangre, no había un cuerpo al que estudiar, no había nada en la casa, solo un hombre desaparecido y un testimonio incoherente como para poner la vista en otros.

Luego de dos años, Jongho mantuvo su palabra sobre del crimen, incluso con todo el hostigamiento que la policía ejerció sobre Yunho, siempre se mantuvo firme, repitiendo una y otra vez que esa noche, ambos estuvieron juntos en su casa y que el arma de Yunho había sido robada. Había información por todos lados, pero ninguna era lo suficientemente sólida como para armar un caso. La desaparición y posible muerte de MinGi quedó archivada en los registros policiales y poco a poco, conforme los meses fueron pasando, quedó en la base de miles de casos nuevos.

Al cumplirse cinco años, Yunho visitó de nuevo el departamento que permaneció sin habitantes porque nadie quería vivir en un lugar donde hubo un crimen. El guardia de la entrada se compadeció por el chico, ya que muchas veces los había visto subir y bajar de la mano de Song luciendo enamorado.

— Si hay algo que pueda hacer, siempre me sentiré culpable, no estuvo de guardia esa noche, y el inepto de mi reemplazo no vio a nadie.

—No se preocupe.

Jeong no encontró nada, aunque fácilmente podía ver las manchas de sangre en el piso y las paredes a pesar de que todo estaba limpio, no había decoración, todo había sido quitado, vendido o regalado; las paredes ni siquiera tenían el mismo color con el que las pintaron alguna vez. Todo se sentía tan ajeno a lo que una vez fue y olía a encierro, aquello ya no era un hogar. Caminó con los pies descalzos hasta el cuarto, dudó mucho en abrir la puerta, de pronto temiendo por lo que iba a encontrar. La cama no estaba, solo había marcas en toda la habitación en los lugares que los objetos alguna vez ocuparon. Cerró los ojos y se imaginó de nuevo en aquellos tiempos:

—¿Te bañarás primero?—decía Song entrando en la habitación detrás.

—Si...

—Bien, pondré sábanas limpias.

—Para ensuciarlas de nuevo—decía Yunho sonriendo.

—Cambiaría las sábanas mil veces con tal de complacerte— decía mientras lo abrazaba por la cintura—Te amo, Yunho.

—Te amo, MinGi—dijo y abrió los ojos, encontrándose solo en una habitación vacía y polvorienta, abrazándose a sí mismo como lo había hecho durante todos estos años.

Limpió sus lágrimas y suspiró, dio media vuelta con lentitud y abandonó la habitación para ir a ahora hacia el ático, se paró debajo de este, dio un pequeño salto para alcanzar la tira y bajar las escaleras, comenzó a subir hasta encontrarse por completo arriba, viendo un espacio vacío con una bañera vieja en el centro, ni membranas, ni cuerpos, ni muerte y sustancias corrosivas, nada. Se paseó por el lugar mirando el techo y el piso, se sentó en el borde de la bañera y la acarició con sus dedos, era irreal para él estar en ese sitio de nuevo ahora sin MinGi cerca.

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora