19

430 73 16
                                    

Encontrándose de nuevo bajo los extraños efectos que el amor le producía en la mente, MinGi abrazaba a Yunho por la cintura mientras recibía, a su vez, trozos de manzana verde en la boca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Encontrándose de nuevo bajo los extraños efectos que el amor le producía en la mente, MinGi abrazaba a Yunho por la cintura mientras recibía, a su vez, trozos de manzana verde en la boca. Reían por la torpeza de ambos en dar y recibir, dejando caer algunos trozos al piso. La risa de Yunho era risueña, se paraba delante de la mesada de la cocina con una camisa blanca muy holgada que le había robado al hombre que en este momento masticaba cerca de su oído, le causaba cosquillas en la oreja y su piel se erizaba en la nuca.

Él había convencido a MinGi de vivir juntos durante los días en los que el departamento era remodelado, y sin dudas, Song se había resistido un poco por las mismas razones que deseaba a Yunho cerca; el nido. Sin embargo, el nido se había convertido en una parte de la casa que solo producía un olor agradable y permanecía en las alturas a la espera de ser usado, pero eso no iba a pasar. MinGi no tenía una idea muy clara de lo que pensaba hacer con él, parecía que una parte de él había asimilado que estaba enamorado y dejaría todo por estar con Yunho, pero otra parte -su monstruo- no lo aceptaba por completo. En el único momento que encontraba armonía era cuando esa parte solo dormía, sabía muy bien que no iba a poder hacerlo por siempre y que eventualmente iba a tener que retomar lo que su instinto de preservación le dictaba.

Aquí era donde la grieta comenzaba a hacerse muy notoria, y él no lo hacía por causar daño o por venganza, él simplemente no podía controlarse, no desde que su monstruo entendió que Yunho no servía para su propósito. Era demasiado para él aceptar la idea de vivir cerca de ese enemigo, ¿entonces qué les deparaba el futuro?


[...]


Se encontraban en un lujoso restaurante, Yunho se había ausentado solo unos momentos para ir al baño, la cena que estaban teniendo era muy rica en proteína marina. El tenedor había dejado los labios de MinGi con suavidad, casi parecía una caricia sobre el utensilio de plata cuando su monstruo se removió muy inquieto, lo que hizo a Song fijar su vista a un sitio del salón hacia una de las mesas que estaban cerca de la ventana. Una pareja estaba siendo acomodada, la mesera les acercaba la cartilla de comida mientras ambos sonreían con amabilidad.

Se puso de pie con claras intenciones de acercarse, comenzó a comportarse de manera inadecuada, olfateando el ambiente como un simple animal, sus tentáculos salieron por la espalda frotándose unos sobre otros por debajo del traje que llevaba puesto, solo pudo dar dos pasos lejos de la mesa cuando se percató de que lo que estaba haciendo estaba muy mal, pero no era capaz de controlarse. Su cuerpo creció un poco, sus ojos comenzaron a tener un brillo particular mientras los dejaba fijos en la persona por la cual estaba reaccionando de ese modo.

Dio algunos pasos más, su olor parecía haberse intensificado haciendo a voltear a muchas de las personas hacia él por lo agradable que se sentía, parecía estar llamando a su presa y esta volteó a verlo, se miraron solo un breve instante, el suficiente como para hacer al monstruo de MinGi enloquecer, deseoso de comprobar son sus propias manos que era lo suficientemente apto como para transformarse en su nueva incubadora. Yunho se apareció antes de que Song fuera capaz de llegar a la mesa, le tocó el hombro con suavidad y sonrió cuando logró que los vidriosos ojos de su pareja al fin le miraran.

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora