El más apto [YunGi][COMPLETA]

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Muchas cosas había planeado Yunho antes de desaparecer del centro de la ciudad, algunas falsificaciones, permisos especiales y extra oficiales orquestados por Jongho, nada había quedado al azar. Los plazos se estaban venciendo, el tiempo iba presionando en ambas partes de su ser y comenzaba a sentir que todo se le estaba yendo de las manos. No volvió a acercar sus labios a los de Siyeon en muchos días, esa noche todo se tiñó de necesidades que quisieron controlar pero no fueron capaces; un caricia, un suspiro, un susurro, solo fueron cuentos de medianoche que se olvidaron en la mañana.

¡Cuánto poder tienen esas bestias sobre el lado humano! Los llevaban a cometer actos que podían ser solucionados de otro modo, a pensar que juntos era mucho mejor, que volver a dónde pertenecen no es lo correcto. Yunho estuvo dando vueltas en el bosque un largo tiempo, se alejó del calor de su hogar y sus hijos, la situación comenzaba a suturar porque él, como un humano, quería, anhelaba y por sobre todo, necesitaba a MinGi, pero su Oófago se había tomado libertades muy grandes casi sin pensar que eran uno.

Cuando se alejaba de los olores, su mente se esclarece un poco, no pensaba como un macho de su especie que anhela proteger y servir a la hembra y los polluelos, en cambio, quería huir muy lejos, quería regresar a su trabajo, a su vida, a MinGi... Estuvo luchando consigo mismo, perdiendo el control de su cuerpo, transformándose y volviendo a la normalidad tras cada paso, pues, su lado Oófago anticipa decisiones apresuradas que se negaba a aceptar. ¿Por qué habría de dejar ese paraíso en dónde era capaz de volar? ¿Por qué debía causarle inseguridades a su hembra y polluelos? pero ¿Qué parte prevalecía sobre la otra? ¿Acaso ellos tienen debilidades?

Regresó sobre sus pasos, podía percibir a metros el olor particular de su hembra lactando, ese sin dudas era uno de los momentos más vulnerables, sin dudas no podía alejarse demasiado a pesar de no existir un peligro real, pero quién había regresado del bosque con planes opuestos era Yunho, Yunho como humano. Se paró delante de ella y la miró con el mínimo de dudas, porque a pesar de temer por su seguridad como hembra, también era consciente, como humana, que ciertas cosas pasaron porque debían pasar y no necesariamente debían ser para siempre.

Sabía que en cuanto los bebés crecieran, y eso sería muy pronto porque la niñez de esta especie se da muy rápido hasta cumplir los diez años y luego merma como un humano normal, su necesidad de cuidarlos y necesitar la compañía de un macho también iba a irse.

— Lo sé — se adelantó —Pero yo no me iré.

— No volveré sin mis hijos —reafirmó su postura e intentó intimidar pero poco conocía él a Siyeon.

—Entonces no volverás porque no nos moveremos —dejó al niño en la cuna y miro a Yunho con frialdad —como hembra necesito que te quedes, al menos hasta que ellos tengan una edad adecuada, luego...

—Dejé una vida para cumplir con este propósito y debo volver...

— Irás solo, no sé qué tan seguro es fuera de este sitio...