Yunho estuvo muy cerca de rendirse, cerró los ojos guardando solo los buenos momentos. Era una situación horrible tan familiar que dolía. MinGi de nuevo lo estaba acorralando a tomar decisiones muy apresuradas, cosas que no deseaba, tan drásticas que no tenían retorno; a diferencia de otras veces, no existía un nido que pudiera usar para sanar.
—Si me matas, ella vendrá por ti y por tus hijos—le dijo.
MinGi cerró la boca con lentitud volviendo a su forma humana, pero no se movió ni un centímetro de encima de él, se le quedó viendo con atención hasta que Yunho abrió los ojos.
—No entiendo por qué estás aquí si sabes que no podemos estar juntos...
—Siempre ha sido el plan de tu madre, MinGi. ¿Cómo piensas que ambas especies van a coexistir si cada vez que se ven quieren matarse?
Se removió para que le soltara. Song tuvo sus dudas antes de animarse a hacerlo, pero finalmente le liberó. Por su parte, Yunho le tomó el rostro con ambas manos y lo acarició con amor, porque eso era justamente lo que sentía por ese hombre; era bello, fuerte y perfecto, era el que enamoró a su lado humano. Él estaba seguro que ser un Oófago no tenía nada que ver con sus sentimientos, que nada tenía que ver la naturaleza o un juego de hormonas que los preparaban para encontrarse. Algo genuino había entre los dos, algo que no tenía que ver con sus especies o el instinto.
—No querría matarte si mis hijos no fueran tan pequeños, y tu no emanaras ese olor a... lo que sea que huelas, sabes que no lo controlo.
—Tendrás que hacerlo—Dijo y luego lo empujó lejos.
Lo vio caer de espaldas en el pasillo y Yunho se mostró erguido sin miedos delante de él, su mirada era la del Oófago, olía a un macho que se empeñaba por mantener alejado el peligro. Estaba a la defensiva y no iba a dudar en hacer daño si el otro lo atacaba. MinGi estaba un poco desconcertado, el tacto de Yunho en su piel le había hecho creer por unos instantes que el amor podía curar cualquier herida. Por un momento sintió que Yunho era el lindo humano del que se enamoró hace años atrás, que podía hacerle el amor en su cama y al día siguiente todo estaría olvidado, pero, al verlo parado en el pasillo agitado y con el semblante maligno comprendió que ese sujeto delante de él, no era a quién deseaba a su lado.
Se abalanzó sobre Yunho y este en lugar de alejarse solo lo enfrentó, cambiando sus brazos humanos por los de Oófago, aquellos cubiertos de escamas y grandes zarpas. Recibió el impacto de Song con ellos y lo tiró hacia la pared. MinGi lo cazó del cuello con los tentáculos arriesgándose a perderlos, ya que, un simple corte de aquellas garras podría herirlo de gravedad. Fue astuto al no darle tiempo de tocarlos, lo apegó a su cuerpo y lo abrazó para alzarlo y llevarlo de ese modo a chocar contra la pared, lo que hizo a Yunho aferrarse a su espalda hincándose con las zarpas.
—Estaremos así hasta que uno muera—habló Yunho al ver la cara de dolor en MinGi, mientras él mismo ocultaba el suyo por el golpe.
—Viniste a provocarme, buscas que te mate—le dijo asfixiándolo con los tentáculos, Yunho suspiró con la cabeza hacia arriba, su labio seguía sangrando e iba poniéndose morado de a poco.
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El más apto [YunGi][COMPLETA]
FanfictionSong MinGi, un hombre que esconde una terrible verdad, busca con impaciencia preservar su gen. Ha probado con muchos cuerpos en diferentes condiciones de salud y ninguno le ha dado lo que quiere. No es hasta que conoce a Jeong Yunho que considera ha...