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Las cosas entre MinGi y su padre NamJoon volvían a estar tensas

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Las cosas entre MinGi y su padre NamJoon volvían a estar tensas. Casi no podían pasar tiempos juntos en un mismo sitio sin pelearse. Hwasa ya no era capaz de mediar, solo podía llevarse a los niños a pasear mientras esa discusión recurrente se desplegaba. Él realmente cometió un grave error al dejar que su monstruo caiga en los juegos de seducción del Oófago. Incluso si nunca haya sido partícipe de forma consciente, sabe que pudo haber sido distinto.

Tenía muchos problemas, más de los que hubiese deseado; su cuerpo había comenzado a producir los huevos incluso antes de tener un nido hecho. Esta era la muestra fehaciente de que en él muchas cosas habían cambiado. No era el mismo hombre que comenzó su cacería de incubadoras hace tiempo, no era el mismo tipo que pensaba en Yunho como un objeto de depósito. Quizás mucho de esto tenía que ver con la no humanidad completa de ese policía, el amor que aprendió a sentir o la presencia de sus hijos.

Ahora tenía una visión distorsionada de muchas de las cosas que antes creía correctas. Su monstruo comenzaba a demandarle la creación de un nido, pero él se rehusaba a hacer eso porque nunca estuvo dentro de sus planes volver a dar vida. Para su pena, no solo la estaba gestando, sino que no sabía qué hacer con ella. Para NamJoon era fácil decir o aconsejar qué era lo que debía hacer porque no era el que tenía que buscar a alguien y crear un nido. Todo esto comenzaba a ser delicado. Discutieron varios días seguidos por lo mismas cosas, el hombre estaba enfurecido porque quería a esos huevos eclosionando, quería un nido nutritivo y de gran tamaño, quería una incubadora digna del mismo trabajo que la anterior había cumplido y por último, quería ver más niños corriendo por su enorme patio. Pero, MinGi no estaba tan seguro de lo que él quería.

Yunho al parecer no se había percatado de nada, apenas diferenciaba el trato que MinGi le brindaba porque no solo estaba siendo amado y protegido como siempre, sino que estaba siendo inmensamente feliz entre su vida humana y su lado Oófago, pero, su lado Oófago si estaba al tanto del caos que se había producido esa noche, solo guardaba silencio, no solo porque sus hijos estaban cerca, sino porque su instinto le hacía sumirse en la ignorancia para obtener lo que quería.

El destino de esos huevos ya estaba escrito, para bien o para mal, MinGi ya había tomado una decisión el día en el que cedió ante la seducción del Oófago, el día en el que se aparearon por vez primera. Se llevó a Yunho dar una caminata por la noche en los amplios jardines de la propiedad de su padre. Que tuviera el permiso y la libertad de andar sin sentirse perseguido por los guardias o por su padre, era un gran avance que no podía negar, pero cierto era que nadie le daba la bienvenida, y eso posiblemente nunca iba a pasar, pero a MinGi le importaba poco, porque estaba decidido a establecerse y que todos sepan que él estaba enamorado de un Oófago y se enorgullecía de ello.

El césped estaba muy corto prácticamente todo el año, no lo dejaban crecer en lo más mínimo para poder mantener esa apariencia prolija, lo que generaba un bello contraste con los árboles tan altos. La idea de Song era muy simple: quería hacerle saber todo lo que estaba pasando y compartir con él la decisión que había elegido para su futura descendencia. Sin embargo, casi no encontraba un agujero para poder hacerlo, ya que Yunho se manifestaba muy risueño hablando de lo rápido que sus pequeños bebés crecían, de lo mucho que había estado hablando con Siyeon para convencerla de que los Song no son una amenaza.

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora