El más apto [YunGi][COMPLETA]

9

MinGi estaba muy emocionado, tanto que despertó antes que Yunho para contemplarlo en un sueño profundo tiempo antes de que su alarma sonara. Dormía boca abajo, desnudo y con el torso al aire abrazando a la almohada como si fuera su único enlace con el mundo onírico y el real. Fue entonces que decidió estirar un tentáculo para acariciarlo en la espalda de arriba hacia abajo, fue delicados, finos toques, tantos que al fin logró despertarlo; Jeong lo miro adormilado, él se quedó estático con su extremidad en suspensión sobre la piel, estaba un poco asustado, pero no había vuelta atrás.

—Te encanta despertarme con cosquillas, ¿cierto?—preguntó y hundió su rostro en la almohada. Song retrajo su tentáculo y se le acercó con cuidado.

—Es agradable ver como te contorneas en las sábanas antes de decidir poner atención.

—Te despertaré con cosquillas la próxima vez—se puso de lado, con su mano le contorneó  hombro y le apretó los bíceps.

—¿Quiere decir que dormiremos juntos otra vez?—sonrió.

—Sigues preguntando eso hace un mes, ¿no es obvio que si?—se le acercó y le dio un beso— Debo ir a trabajar, hoy es mi primer día patrullando, me esperan doce horas con un desconocido al que tendré que conocer—rió y salió de la cama—¿Tu que harás hoy?

—Mmm—puso ambas manos detrás de la nunca mientras miraba el techo— Debo hacer algunas compras y alimentar al nido.

—¿Alimentar al nido le dices a tu estómago?— hurgó en su cajón y sacó una crema para el rostro—Alimentame a mi y ve a hacer el desayuno mientras me baño.

—Claro que si, Yunho—se sentó en la cama y lo vio caminar desnudo al baño.

[...]

Cuando Jeong llegó a la estación de policía se anunció ante su superior y este le designó el número de patrulla, el 08 parecía ser un buen número de unidad, sin embargo, no lo era el tipo que estaba en el asiento del conductor.

—Hola, soy Jeong Yunho—dijo una vez que se sentó en la patrulla, le extendió la mano con amabilidad pero se retractó al ver que el tipo miraba hacia el frente muy desinteresado, puso las manos en la tira del cinturón de seguridad y se quedó en silencio.

—Dos cosas: la primera no me interesa tu nombre porque esto es temporal y; la segunda limítate a mantener la boca cerrada mientras patrullamos, no soy tu amigo y no lo seré nunca, ¿está bien?—encendió el auto. Yunho solo se quedó en silencio un poco sorprendido y se acomodó mirando hacia el frente.

—Es un placer conocerte también...—miró la identificación—Oficial Choi Jongho. El tipo sonrió de lado y encendió la patrulla, esas sin dudas serían doce horas muy difíciles, no solo por la hostilidad, sino porque a pesar de que el oficial se veía muy joven,actuaba como un hombre de cuarenta años cansado de la existencia.