.Introducción.

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La vida de Song MinGi era inmutable en muchos aspectos, pero como todos, tenía un punto débil: mostrarse tal cual es. Su percepción del mundo era ajena a la que su instinto le dictaba. No sabía cómo reprimir sus emociones naturales, luchaba por no hacer indecencias en la cama con su premio de media noche, angustiándose mucho al ver como sus parejas rehuían de él ni bien intentaba aquello... pero nada podía hacer, aquello era su naturaleza, lo que le llevaba a preservarse; y eso lo enfurecía. Le enfurecía ver el terror en los ojos de los demás cuando se mostraba con su aspecto real, aquella faceta que mantenía oculta, que lo volvía ciertamente violento. 

Se levantó esta mañana encontrando los vestigios de una lucha en su cama, otra más. Cuánto hubiera querido él, que esa lucha que ganó, se hubiera tratado solo de caricias y besos que coronen un lindo futuro, pero no. Ya casi no le importaba dormir sobre su inmundicia, pero si estaba cansado de tener siempre el mismo final. Se sentía frustrado y deseoso de encontrar una pareja que al verle no grite, que no huya hasta la punta de la cama aterrorizada cuando el verdadero él se hacía presente. Sin embargo, estaba bastante enojado porque ya no quería hacerle daño a nadie más, y si tan solo aquel chico del tren no se hubiera tomado la molestia de recoger ese pañuelo para devolvérselo, si tan solo hubiera seguido su camino, si tan solo no hubiera huido despavorido, no estaría ahora empapado en muerte. 

Tomó los pies del tipo a su lado arrastrándolo fuera de la cama, haciendo que golpee la cabeza sin respeto en el piso, iba a tener que limpiar muy bien su habitación luego de eso, era un mal necesario. Los golpes de los cuerpos sonando escaleras abajo se le habían hecho costumbre, pero no la tristeza que había comenzado a sentir en los últimos meses, porque se encontraba un poco más arrepentido que el día anterior: era bastante incómodo verse al espejo después de desayunar mientras sonreía como si no tuviera a alguien deshaciéndose en ácido en el sótano. 

Saldrá de caza de nuevo en la noche, un poco más resignado que otros días, anhelando con cierta melancolía encontrarse con una persona que reúna las características que necesita para preservar su especie... y aunque él no puede hacer mucho, al menos intenta seducirlos como una persona normal, no es su culpa si estos no cumplen con sus expectativas, como tampoco es su culpa que se pongan histéricos por sus vidas y deba matarlos, porque después de todo, solo sobrevive el más apto y ese es MinGi.

 y aunque él no puede hacer mucho, al menos intenta seducirlos como una persona normal, no es su culpa si estos no cumplen con sus expectativas, como tampoco es su culpa que se pongan histéricos por sus vidas y deba matarlos, porque después de tod...

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El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora