El más apto [YunGi][COMPLETA]

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A veces pasar desapercibido es la mejor opción y MinGi eso lo sabía muy bien, pero, Yunho había llegado a su vida para darle un vuelco haciendo cambiar sus acciones para bien; ser más paciente con sus deseos y para mal; el terrible acto cometido con el reo que lastimó a su futura incubadora. Luego ese incidente, Song solo se llevó el cuerpo en su auto, no era la primera vez que tomaba la decisión de ir tras un reo para usarlo como alimento para su nido, por eso es que la oficial de policía ya sabía a qué venía y lo conocía muy bien, porque ella alguna vez se topó con él por las malas y quedó tan aterrorizada, tanto que bajo una amenaza de vida o muerte solo decidió guardar silencio y acatar órdenes cuando él se aparecía.

Todo eso era capaz de hacer Yunho en él, fue a matar un reo solo por furia y no se arrepentía de nada, no después de ver a su nido revitalizado. Este crecía poco a poco, quizás en un par de meses más ya podría empezar a formar los huevos en su interior, quizás también podría hacer las cosas distintas con Yunho, quizás podría preguntarle si él desea llevar sus huevos; eso lo tenía bastante emocionado, tanto que iba a ver su nido en cada oportunidad, lo tocaba, lo olía y apoyaba su rostro sobre el... MinGi estaba maravillado con todo lo que acontece a su alrededor, nunca se había sentido de un modo tan fresco como ahora.

Hombres y mujeres volteaban a verlo por sus claros encantos y hasta parecía que su cuerpo liberaba alguna feromona que los atraía, como si coqueteara con ellos en cada oportunidad, sin embargo, no era así, porque no buscaba nada con nadie, ya que tenía a quién quería con él, en su cama, cada vez que lo deseaba. Había conseguido meter uno de sus tentáculos por la boca de Yunho, llegando tan profundo que pudo sentirse preso de ese cuerpo, acogido, hecho a la medida para él. La saliva del joven escurría por la comisura de sus labios mientras luchaba por respirar y gemir.

Song se había enredado con otro dos a su torso mientras lo sostenía levemente en el aire y profanaba su ano con gusto. Lo usaba como quería y lo movía como más le gustaba, pues Yunho no era capaz de percatarse de nada. Vagaba en placer y alucinaciones, extasiado y adormecido en la lujuria y bestialidad de un hombre que le anhelaba para los fines mas descabellados del mundo. Imitaba las penetraciones de un coito normal, metiendo y sacando uno de los tentáculos por el ano, escurriendo fluidos gelatinosos que le servían para deslizarse con facilidad, tocaba aquello que le hacía gemir y adoraba escucharlo de ese modo, lo veía tan hermoso, tan frágil, pero tan apto a la vez.

Experimentaba sensaciones confusas, su monstruo estaba inquieto, queriendo mostrarse y aparearse con ese humano, pero su contraparte adquirida le decía que no, y anhelaba poder tener solo sexo y contacto piel a piel, sobre todo contacto, porque nada se asemejaba a la piel de Yunho, ni su suavidad ni su olor, ni siquiera el modo en el que sus más finos vellos crecían. Le liberó de la prisión de cada tentáculo y lo dejó descansar sobre su pecho, parecía un ángel al que le faltaban las alas porque las perdió por alguna nube.

Lo abrazó con fuerza y le espabiló un momento, solo para voltearlo y dejarlo con la espalda pegada al pecho, deslizó su mano a ese bello pene erecto y lo masturbó con delicadeza hasta hacerlo eyacular hacia arriba, bañándose a ambos en fluidos que se escurrían por todas partes. Incluso había eyaculado en cantidad de solo hacerle rozar en él. Era un acto tan sucio y desagradable a la vista de quién no estuviera dentro de la piel de ellos, pero no importaba en lo absoluto. Yunho se quedó un momento recobrando el aliento y un poco el conocimiento también, abrió sus ojos y miró hacia el techo, ese bonito techo de la habitación y se removió sobre sí mismo para abrazar a su amante y llenarlo de besos en el pecho, ya que acostumbraba a hacerlo al culminar su placer.