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No estaban locos, solo un poco enamorados, quizás demasiado enamorados

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No estaban locos, solo un poco enamorados, quizás demasiado enamorados. Ser humanos les había gustado tanto que el mayor de sus problemas era solo pelear por el mal aliento al despertar, sonidos extraños como ronquidos, algunas molestias, y luchas tontas por las sábanas. Pero, la burbuja se había pinchado luego de recibir las llamas de sus familiares, porque parecían vivir como adolescentes y olvidaron que tenían responsabilidades. El señor NamJoon estaba enfurecido con MinGi, porque hace semanas tenía que haber preparado a una incubadora, el procedimiento tenía que estar llevándose a cabo, sin embargo, solo estuvo pasando sus días como un humano despreocupado, con un nido medianamente decente que esperaba día tras día por un cuerpo al que nutrir y unos seres a los que alimentar cuando eclosionaran los huevos.

Poco sabían ellos que la vida fuera de ese cuarto no iba a estar esperándolos con sonrisas o cosas buenas, no tardaron mucho en darse cuenta que por más que lo intentaron, no estaban solos, porque a los pies de su cama se mostraba parado y molesto el señor NamJoon sosteniendo con todos sus tentáculos a Yunho de pies, manos y torso, mientras parecía esperar paciente a que su hijo saliera de lo que él creía un absurdo sueño que no era para nada productivo. Cuando MinGi se removió en la cama y abrazó un espacio vacío abrió los ojos confundido, encontrando por fin la escena que le haría olvidar por completo el pacto que tenía con su humanidad, saliendo de la cama y desplegando sus propios tentáculos, volviendo su mirada negra y llena de odio. El cuerpo de su novio se veía sin rastro de lucha, parecía adormecido en suspensión atrapado entre ventosas y espirales rojos.

— Dime qué es lo que piensas hacer con este ser, MinGi. ¿Por qué no ha reaccionado?—preguntó el hombre con la mirada plana y fina en su hijo, no mostraba miedo, inquietud o siquiera algún tipo de movimiento que le quitara de su estado de completo equilibrio.

— Déjalo en la cama, es inofensivo...—decía acercándose lentamente.

El hombre en lugar de retroceder o hacer caso, solo apretó el espiral con sus tentáculos y puso inquieto al monstruo de MinGi, que se retorcía por dentro al ver otras extremidades sobre la piel de su humano.

— ¿Por qué es inofensivo?

— Decidimos ser humanos hasta que... no lo sé, hasta que simplemente debamos ser quienes somos.

— ¿Dónde está tu incubadora, MinGi?

— No tengo...—dijo y el hombre alzó a Yunho en el aire y lo lanzó a la cama, este apenas se dio cuenta porque estaba muy adormecido, su cuerpo semidesnudo mostraba las marcas de las ventosas del monstruo ajeno mientras su cuerpo brillaba de viscosidad. MinGi no tardó en acercarse y revisarlo como si temiera encontrar alguna herida.

— No le hice daño...

— ¿Qué quieres, papá?—preguntó un poco afligido, pegó cada tentáculo sobre el cuerpo de Yunho intentando cubrir su desnudez.

— Solo quiero que cumplas con lo que debes. Necesito que deposites esos huevos antes de que ese intento de nido que tienes allí termine por morir, ¡es un desperdicio!

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora