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MinGi había vuelto no solo con la necesidad de estar con Yunho y sus hijos, si no también con noticias que modificaban algunas cosas, pero él no era más que el portavoz de alguien que conocía mucho más secretos de los que ya se habían revelado

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MinGi había vuelto no solo con la necesidad de estar con Yunho y sus hijos, si no también con noticias que modificaban algunas cosas, pero él no era más que el portavoz de alguien que conocía mucho más secretos de los que ya se habían revelado. Hwasa era la humana más completa e inteligente de todas, no solo se había robado el corazón del señor Song, sino que había logrado acceder a información que la humanidad entera desconoce. Conociendo tal vez más a estas dos especies que la propia. Siempre creyó que los métodos de crianza estaban mal ejecutados y por eso era desastroso para la especie de los Song poder llegar a una reproducción exitosa. Sin embargo, ella no tenía el poder ni la capacidad para interferir completamente en todos pero, al menos podía hacer cambios dentro de su entorno.

Creía en la paz de ambas especies, atesorando en su corazón casi un deseo infantil, un anhelo que era invisible y que realmente no le importaba a nadie. Por ese deseo ayudaba a MinGi en esta relación tan opuesta y difícil, por eso le contó que Yunho no es el único en su especie y que tal vez, si este último conseguía la reproducción y criar a aquellos seres de un modo diferente, la paz entre ambos lados sería tangible. Pero Hwasa era ingenua a su vez, como si cambiar el curso de la naturaleza fuera un proceso tan rápido y sencillo...

—¿Por qué me estás diciendo esto? ¿Quieres más de nosotros para poner en peligro a tu especie?—preguntó Yunho confundido.

—No... pero creo que tienes derecho a saber que no eres el único y que estás en todo tu derecho de continuar tu especie, yo sé el riesgo que esto conlleva para todos, pero, ¿qué pasaría si los criaras de un modo distinto? Si por la cercanía pudiéramos repelernos con alguna hormona...

— Yo no lo quiero...

—¿Y tu Oófago?— preguntó y Yunho cerró sus ojos, suspiró y lo abrazó con fuerza mientras con sus manos acariciaba los tentáculos de la espalda.

—Si...— confesó y abrió los ojos, se mostraban amarillos encendidos.

—Bien, cuando quieras puedes conocerla— lo alejó un poco — No conozco tu ciclo reproductivo, pero Hwasa me ha dicho...

—Debo hacer un baile de cortejo — dijo rápido, MinGi no pudo evitar reír ante la extraña expresión que el chico puso — ¿de qué te ríes? ¿Ustedes como seducen? — preguntó casi inocente.

— Bueno, nosotros...

—¡No, no! ¡Ya lo sé! — se removió en las piernas de MinGi y aclaro un poco la voz fingiendo después que acababa de conocer a alguien — Hola, tengo... — se detuvo y comenzó a contar los tentáculos — Siete largos, gruesos, viscosos y rojizos falos...

—No es cierto...

—Si vienes a mi departamento — seguía — te los meteré por donde quieras — guiñó un ojo y Song rió— También sé cocinar y lavar las verduras tres veces, me encanta... me... — comenzó a tartamudear mientras miraba a MinGi sin entender muy bien qué hacía, este solo sonreía lascivo y lo escuchaba — Me en... ¿Qué haces? — se removió aferrándose de los tentáculos que estaban en dirección a su trasero.

El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora