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FINAL

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FINAL

Una simple y tonta promesa desencadenó una ola de eventos desafortunados que no tuvo posibilidad de ser detenida. A lo largo de los años, tanto Yunho como MinGi sufrieron cambios a niveles insospechados; desde comprender quienes eran realmente hasta aceptar emociones y sentimientos más grandes que su propia existencia. Siempre tuvieron miedo como animales, correr y huir, buscar protección era algo esencial, aparearse, reproducirse y completar un ciclo era la guía indiscutida de sus vidas; mimetizados entre las sombras, escondidos del mundo y siempre al acecho. El Oófago encontró una hembra con la que empolló dos huevos grandes y fuertes, esa fue su descendencia, que iría por la vida a buscar su propio destino, su propio objetivo.

El amor siempre fue secundario, la reproducción fue un momento, un juego de hormonas que lo hizo actuar de un modo u otro. Lo mismo pasó con MinGi cuando logró al fin implantar sus huevos en su primera incubadora viable, había alcanzado la meta más alta de su vida; la reproducción. Le habían arrebatado a tiempo a sus hijos para criarlos de un modo en específico, eso lo hizo sentir débil, pero había cumplido, su monstruo cumplió con el mundo y con su especie, pero entonces su ciclo debía comenzar de nuevo, porque para eso había nacido.

De nuevo las hormonas se alborotan, no era él quién decidía sobre la producción de huevos, él solo reaccionaba a un estímulo de su entorno y hacía lo que tenía que hacer y era precisamente lo que hizo aquella noche luego de hablar con un Yunho humanizado hasta la punta de los pies. Es que nadie podía culparlos, nadie podía entrometerse lo suficiente en sus cabezas y reacciones fisiológicas como para ponerles un alto. Posiblemente Jeong estaba extasiado por lo que MinGi le transmitía, ellos nacieron para estar juntos del modo en el que lo hicieron, Jeong nació para ser el receptor final a pesar de todo, su cuerpo se preparó para recibir los huevos, él preparó su cuerpo, él durmió a su Oófago para ayudar a MinGi a cumplir con este último ciclo que era inminente.

Él ya no quería otra muerte y se sentía completamente en deuda por haberle arrebatado a uno de sus hijos, y quizás esta no era la forma en la que podría devolverle el favor, pero era la que él quería, la que él consideró adecuada en ese momento porque su Oófago se había ido; él era humano y MinGi un monstruo en la cumbre de su puesta de huevos y todo se volvía ahora una cuestión hormonal. Song necesitaba implantar en ese instante, su monstruo estaba convencido de que esa persona delante de él era un humano al cien por ciento, porque estaba ciego por un periodo que no podía controlar. Él no podía decidir no poner huevos, él no tenía tiempo porque todos los procesos fisiológicos de su cuerpo le decían que era el momento y que el receptor era viable. Yunho y MinGi nacieron para estar juntos de ese modo y no había fuerza que pudiera separarlos, cada uno de sus cuerpos se comportó aquella noche como se tenía que comportar, era básico, era solo instinto, solo necesidad, solo un ciclo que se debía concretar...


[...]


El más apto [YunGi][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora