Placer Y Obsesión (Libro 1)

Capítulo 45

La chica perfecta.

Layla.

Mi día se resume en dar vueltas por toda la casa sin nada que hacer, hasta las doce no tengo que estar en la Academia.

Sentada en el alféizar de mi habitación reparo el anillo en mi dedo anular, creo que no me merezco esto, no me merezco ser la prometida de una persona tan maravillosa como Ian.

Me llevo el cigarro a la boca dándole una calada, cuando estoy estresada suelo fumar, lo de Daniel en el gimnasio sigue dándome vueltas en la cabeza, se supone que éramos amigos, o bueno por así decirlo, era más que lógico que eso no funcionaría.

¿A quien quieres engañar Daniel Frost?

Amigos nosotros, menudo chiste, pero si el piensa que caeré en su juego, en lo que sea que esté tramando está bien jodido.

Me levanto y tomo una ducha, ya son las diez y treinta de la mañana, aún tengo tiempo pero quiero llegar temprano, tengo mucho que aprender antes de la gran fiesta de inauguración.

Me visto con mi uniforme camuflado y tomo las llaves de mi auto junto con la mochila, conduzco por las calles concurridas por la llegada del carnaval.

Llego a la Academia y me voy directo a mi puesto de trabajo que está prácticamente desolado, solo está Lianna y Carter concentrados en su laptop.

Mientras llega la hora de arreglarme termino algunos pendientes, busco información sobre la última parada de los Gambinos y encuentro algo que no me ayuda mucho.

–Hola cariño.

Rachel me da dos besos en las mejillas.

–¿Que tal? —pregunto guardando los papeles.

–Bien, ya sabes en lo mismo de siempre.

–Layla cinco minutos para arreglarte ya casi tenemos que irnos. —informa Elena y asiento.

–Siento mucho que no puedas participar en esta misión cariño.—digo con una sonrisa reconfortante.

–Tranquila, estoy cansada de tanta misiones, pero tú dale a arreglarte.

–De acuerdo.

Subo las escaleras buscando la oficina que se usa para estos casos, no somos una entidad secreta, ni tampoco el FBI o la DEA, solo somos una rama que desciende de todo eso, somos algo así como unos investigadores.

La verdad sólo somos entrenados para combatir al lado del FBI, dado que somos preparados para infiltrarnos y conseguir información fácil, por eso colaboramos con la policía.

Llego al lugar donde ya se encuentran Adriana y Anieska rodeada del personal de maquillaje.

–Cambiate.

Pide la rubia que me va a maquillar, entro al baño colocándome una remera ancha, salgo y me siento al lado de Anieska.

Me arreglan las uñas, me maquillan, me alisan el cabello a los costados dándole ondas a los mechones que me caen atrás, me relajo mientras me dan los últimos toques de maquillaje.

–La fiesta será en la tarde casi a las seis es decir que el vestido perfecto para la ocasión es este. —comenta la estilista pasándome una bolsa negra.

Saco lo que hay dentro quedando con la boca entre abierta, un vestido rojo de gala, entro en el quedando maravillada, se ciñe a mis curvas con un escote en V sin mangas, con un abierto atrás que me llega casi hasta el borde de las nalgas.

Me ayudan a entrar en el y paso las manos por la tela aterciopelada, me miro en el espejo y quedo maravillada con lo bien que resaltan mis curvas al igual que mis pechos.