Volviendo a empezar.
Ian.
Estaciono frente a la casa de Layla tomando una respiración profunda salgo del coche subiendo los tres peldaños para situarme ante su puerta, se qué tal vez no quiera verme, se que ya hemos terminado pero deseo verla, aunque sea por un momento.
Mi dedo presiona el timbre, el sonido se expande por toda la casa, espero unos treinta segundos y Raquel me abre en su típico uniforme de doctora, el cabello castaño está recogido en una coleta alta, al parecer llegó de trabajar hace poco.
–Hola Ian. —me da dos besos en las mejillas antes de dejarme pasar.
–¿Como estás Raquel?
–Bien, aunque algo cansada, acabo de llegar del trabajo.
Tomo asiento, ella se dirige a la cocina hablándome sobre el trabajo y lo cansada que está, deseosa de poder jubilarse, río con ella tomando el café que me trae, Layla no aparece por ninguna parte y comienzo a ponerme nervioso.
–¿Layla no está? —pregunto y ella deja de lado la taza de café.
–No, anoche se quedó a dormir en casa de Amanda, debe estar al llegar, ¿Quieres esperarla?
–Si, me gustaría hablar con ella, solo si se puede.
Ella sonríe, mostrando su perfecta dentadura, viéndose hermosa al igual que su hija, se parecen mucho, la única diferencia es que Layla cambió su color de cabello y los ojos de Raquel son negros y los de su hija verdes.
–No tienes que preguntar si se puede o no, eres su novio después de todo, esperala en su habitación si te apetece, yo iré a descansar.
Por su respuesta logro entender que Layla no le ha comentado que nos dejamos, mejor así no quisiera pasar por un momento incómodo.
–Bien, la esperé arriba.
Subo a su habitación, abro la puerta y me encuentro con su cuarto como siempre, las cortinas rojas de encaje, los peluches colgados de la pared, un clóset de tres puertas y un escritorio, el baño está a un costado.
Doy un paso adentro y el olor a ella llega a mi, lo inhalo recordando los momentos que viví con ella en esta habitación.
Me siento en su cama paseando las manos por las sábanas de seda rojas, el tiempo pasa y ella no llega, camino por toda la habitación, Rocky el perro Cocker de su madre entra debido a que la puerta está semi junta y salta sobre mi, me tambaleo y termino cayendo al suelo con el can encima lamiendo mi cara, en la caída tumbo el pequeño escritorio de Layla lleno de papeles.
–¡Rocky! —lo regaño sonriendo.
Me ladra y me levanto recogiendo los papeles, hay varios folios rosados, los reviso comprobando de que estén en orden, los voy acomodando en el escritorio mientras Rocky menea la cola a mi lado.
Dentro de uno de los folios cae un sobre y lo levanto observándolo.
Entrega: a Layla Lombardi.
De: La policía local de Britko.
Lo observo extrañado, una cita de la policía local de Britko, según tengo entendido ella no tiene familia en Britko, ni nada de eso.
Con curiosidad abro el sobre que contiene un pendrive rosa, lo dejo de lado para leer una nota que hay dentro.
Remito esta carta a la señorita Layla Lombardi debido al incidente ocurrido en la madrugada del 26/4/2021 en el edificio residencial Esmeralda, la multa consiste en dos mil dólares por la agresión a los guardias de seguridad, allanamiento de propiedad privada y escándalo público.
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Placer Y Obsesión (Libro 1)
De TodoLayla se traslada de Hawaii a Witko finalizada sus vacaciones con sus mejores amigas prácticamente sus hermanas. En su incorporación al trabajo en la Academia Pembrook, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición del FBI y la CIA...