Capítulo 82

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El final de una decadente vida.

Layla.

Despierto desorientada, no se donde me encuentro y trato de incorporarme pero el dolor de cabeza me atraviesa, tengo un suero en cada brazo, una bata de hospital tapa mi cuerpo, miro a mi alrededor y las paredes blancas y el olor a medicina me entristecen.

Escucho pasos, recojo las piernas y las abrazo, los pasos se escuchan más cerca y el pánico me abarca, la imagen de Toni drogandome viene a mi mente, me desespero, la puerta se abre y me aferro a mi cabello, tiro de el hasta que siento que duele.

–No quiero más drogas, vete.

Una mujer vestida de blanco se acerca a mi, me sonríe y veo la cara de Crystal, la cuerda en su mano, lista para ahorcarme, se acerca a mi y la tomo por el cabello, la sacudo fuerte, quiero matarla, estrelló su cara una y otra vez contra la cama.

–Puta, vas a matar a tu madre.

Grito mientras sigo tirando de su cabello, escucho sus gritos pero no me detengo, quiero matarla.

Alguien más entra a la habitación, me llaman pero no hago caso, sigo golpeando a la mujer que no para de gritar y aruñar mis manos, me sostienen por los hombros logrando que la suelte, ella se incorpora con los ojos llorosos y la cara llena de sangre.

–¡Te mato! No Vuelvas porque te mato.

Grito y ella sale despavorida, un hombre alto y otro bajo y regordete con el mismo uniforme blanco de la mujer se me acercan y retrocedo en la cama.

–No me toquen.

Advierto arrancandome los mechones de cabello, rasguñandome la piel.

–Hey Layla, soy el doctor Campbell, puedes confiar en mi, el es mi enfermero, estás a salvo con nosotros...

–Mentira. —me arranco las mangueras de los brazos. –Mentiras, quieren inyectarme droga.

–No, solo queremos cuidarte..

Salto de la cama, me mareo pero me alejo de ellos, sintiendo el pecho subir y bajar con fiereza, todos son enemigos, no puedo confiar en nadie, me dieron la espalda, ellos no son más que una alucinación de las drogas.

Trato de verle el rostro pero se me distorsiona, solo les veo la cara enmarañada y agujas en las manos, me quieren drogar.

–No, no me van a drogar.

Me hablan pero termino cayendo al suelo cubriéndome los oídos y pierdo la noción de todo.

Vuelvo a despertar en la cama con el suero nuevamente en mis brazos, un hombre gordo y bajo está parado apuntando algo en su libreta.

–Hola Layla.

Me habla y busco algo con que defenderme

–Tranquila, no pienso hacerte daño, estas a salvo, hace dos semanas te rescataron, soy el doctor Eduard Campbell, estoy a cargo de tu cuidado.

Estiro las piernas escuchando lo que dice, sin poder evitar la aceleración de mi respiración.

–Llegaste gravemente herida y en un shock debido a lo que viviste, no hablabas, no respondias a ninguna estimulación y tuvimos que mantenerte en un coma inducido hasta ayer y hoy fue que despertaste.

Recuerdos vienen a mi a tal velocidad que me llevó las manos a la cabeza ante el dolor que producen.

Toni inyectando la droga en mi brazo, Crystal ahorcandome, los sabuesos, la quemadura, las bofetadas, el laberinto..

Placer Y Obsesión (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora