Final.
Ernesto.
–Lo siento mucho señor.
Andrea mi secretaria apoya una mano en mi hombro, todo está acabado, ya pasó el tiempo estipulado para el rescate de Layla y no obtuvimos nada, el consejo mandó a cancelar la búsqueda, y aunque esta academia la halla terminado de fundar yo debo regirme a las ordenes del consejo.
Raquel entra a la oficina desesperada, ojeras violáceas le adornan los pómulos, los ojos hinchados e irritados me confirman que no solo yo estoy en un sin vivir.
–Dime Ernesto, dime. —me toma las manos con lágrimas en los ojos. –Dime que la encontramos, dime que ya nuestra niña estará con nosotros ya, dímelo por favor, ya no puedo dormir, sin Lay ya no soy nadie..
Todo dentro de mi se estruja, los ojos se me empañan y Andrea sale de la oficina comprendiendo la situación, yo también estoy devastado, esto no lo aguanto, lo que más quiero es que ella vuelva, es mi niña.
–El consejo... —la voz me falla pero ella me anima para que continue. –El consejo a dado la orden para que se termine la búsqueda, desde hoy ya no se buscará más a Layla.
–No.
Las cuencas de esos ojos color miel saltan dentro de los párpados, se lleva la mano a la cabeza volteandose.
–Eso es mentira, claro estás jugando conmigo y Layla está a salvo ya.
Suelta una risa divertida y cargada de miedo, busca mis ojos a la espera de la aprobación a sus palabras pero solo puedo darle una sonrisa triste y cargada de temor.
–¡No maldita sea! —sus puños golpean mi pecho, no la aparto, la dejo que me golpee con todas su fuerzas, que se desahogue. –Es mi niña, tu eres el dueño de esta Academia, tu puedes salvarla, haz algo, búscala, ¡BÚSCALA!
El grito sale desgarrando su garganta antes de caer en mis brazos, sollozando, reprimo el llanto, me mantengo fuerte para ella, pero la verdad esto me parte en miles de pedazos al igual que a Raquel.
–Salvala Ernesto, es nuestra niña, nuestra bebé está en manos de esos asesinos, haz algo, búscala, por favor.
Quiero hablar, quiero prometerselo, pero el llanto me aprieta la garganta y solo puedo pegarla ami pecho y besarle la cabeza, hace años nos separamos pero sigue siendo la madre de mi hija y una maravillosa mujer.
*****
–No me sale de los testículos acatar nada, haber si así te queda claro.
La voz de Daniel se escucha hasta el final del pasillo, me encamino a la sala de juntas, Alex se encuentra parado frente a la mesa donde Daniel está sentado con los brazos cruzados.
–Soy tu abuelo y sobre todo tu superior, entiende que ya terminó la misión rescate, ya olvídate de esa mujer, es caso perdido.
–Ejem.
Me aclaro la garganta y el voltea a verme, se mueve incómodo y paso a la sala.
–Disculpe Ernesto, lo que pasa es que..
–Tranquilo Alex, yo lo entiendo perfectamente pero límitese a tocar el nombre de mi hija.
El asiente y me dirijo a Daniel.
–Ya el consejo dio su orden y última palabra, yo soy su padre, a nadie más que a mi y a Raquel nos gustaría encontrarla, tenerla con nosotros. —hago una pausa cuando la voz amenaza con quebrarse. –Pero ya no hay nada que hacer, hay que asumirlo.
–Mis cojones. —se levanta Daniel quedando casi a la misma altura que yo. –Yo me iré, por mi cuenta, la rescatare, porque...
Se calma de golpe y frunzo el ceño, antes de que pueda hablar Alex toma la palabra.

ESTÁS LEYENDO
Placer Y Obsesión (Libro 1)
RandomLayla se traslada de Hawaii a Witko finalizada sus vacaciones con sus mejores amigas prácticamente sus hermanas. En su incorporación al trabajo en la Academia Pembrook, una Academia que recluta y prepara soldados para la disposición del FBI y la CIA...