Capítulo 74

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Puntos claves.

Daniel.

Todas mis murallas se derrumban, todo a mi alrededor se desmorona, llevo tres semanas, tres putas semanas moviendo cielo y tierra, sacudiendo continentes y países por encontrar a Layla no obtengo nada, ni rastros, es como si la tierra se los hubiese tragado.

La idea de que ella y mi hijo estén muertos me pasa por la cabeza a la misma velocidad que la elimino, eso no puede ser posible, en algún lugar deben de estar, Toni hizo un buen movimiento, supo jugar su carta, no le quito el mérito, la tiene tan escondida que nadie a dado con su paradero.

Los Lombardi están a punto de una crisis de pánico, Ernesto está quemando medio mundo al igual que yo por tal de encontrar a su hija, no les he dicho nada del hijo mio que ella espera, eso sería crear otro caos y ya tengo mucho con lo que lidiar.

Junto ambas manos sobre la mesa tomando una bocanada de aire, estamos reunidos, hace un día llegamos de Bogotá, uno de los países que controlan los Gambinos, pensamos extorsionar y tomar prisioneros para obtener algo pero nada, así mismo nos ha ido en Londres, Perú, Moscú, México y Chile, no obtenemos nada, no encontramos ni rastro de ellos y mi paciencia empieza a gotear en conteo regresivo a una velocidad alarmante.

–Buenos días.

Espencer Garrido se toma la sala junto a Alex, es el ministro de la nueva Academia, cruza los brazos detrás de su espalda contempladonos a todos, Ernesto aparece más atrás tomando lugar al lado de Espencer.

–Bien, todos sabemos porque estamos aquí reunidos. —toma la palabra el escocés de tez pálida. –Ya esta situación se nos ha ido de las manos y el consejo ha tomado una decisión, una decisión que debemos respetar.

Mira a Ernesto y luego a mi, el padre de Layla baja la cabeza y noto la presión que ejerce en su chaqueta alemana, un nudo se forma en mi estómago, se lo que significa esto.

–Sea breve. —digo desde mi puesto.

–Nuestra teniente, instructora, nieta e hija de los  fundadores de esta academia fue secuestrada hace exactamente tres semanas, la hemos buscado bajo cualquier circunstancia. —le pone una mano en el hombro a Ernesto. –No hemos desistido buscando a la compañera que peleó al lado de nosotros para proteger familias, negocios y a nosotros mismos, pero en este punto no sabes si aún vive.

–Claro que viven. —suelto con furia y el me mira con el ceño fruncido. –Claro que Layla vive..

Me retracto rápidamente y Espencer toma una bocanada de aire..

–Todos queremos creer en eso señor Frost, todos y en especial sus padres, pero en manos de los Gambinos nadie sabe lo que pueda suceder, o si, una teniente del FBI que ha perseguido durante toda su carrera a los Gambinos y mató a uno de ellos ya tiene su destino marcado en las manos de ellos.

Sus palabras se escuchan crudas, tal como las palabras de un coronel militar de cuarenta años, sin pelos en la lengua, trato de controlarme.

El escocés da un paso hacia delante apoyando las manos en la mesa.

–Señor Frost, llevamos tres semanas perdidas, donde hemos perdido soldados, donde muchos han estado al borde de la muerte, y perdoname Ernesto. —se dirige al padre de Layla que lo mira con los ojos irritados. –Pero no podemos seguir perdiendo gente cuando ella ya no debe de estar entre nosotros..

–¡No digas estupideces! —me exaspero golpeando la mesa, todos me miran desconcertados. –Ella está viva y es una puta misión, en las misiones se pierden soldados, hemos perdido más incluso..

Espencer me estudia rápido y Alex me da una mirada autoritaria indicándome que me comporte.

–Entiendo lo que dice y créame que le encuentro razón, pero el consejo ha hablado y ha dado por terminada la operación rescate para encontrar a la teniente Layla Lombardi.

Placer Y Obsesión (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora