Capitulo 64

34 4 0
                                    


Mil y un motivos.

Daniel.

-¡Ven aquí! -la voz irritante de Augusto me persigue mientras me adentro a la casa. -¡Daniel!

Alza la voz y me detengo suspirando para no mandarlo a la mismísima mierda.

-No se como has sido capaz de tal atrocidad.

-Vamos que para nadie es secreto....

-Para nadie es secreto que eres un hijo del demonio y que le has sido infiel a Clara desde hace mucho. -me interrumpe furioso.

-¿Entonces cual es el maldito problema? -me exaspero.

-Que te has metido con una mujer comprometida, has destrozado una relación.

-Ya... -me burlo subiendo las escaleras.

-Ya verás, ahora llamaré a tu padre y...

Lo ignoro metiéndome en el cuarto, estoy preso de la ira, aprieto los puños a cada lado para no destruir todo lo que hay en la habitación, no se que mierda me pasa no soy de los hombres que les duele admitir una derrota.

Y no es una derrota en sí, pero me cabrea el echo de que ese imbécil crea que quitándome yo del medio tendrá alguna oportunidad con ella, esa mujer me ama, será imposible que me saque de su mente, estoy marcado en su cuerpo.

Me meto a la ducha quitándome el protector solar, se que el viejo va a llamar a mi padre, cosa que me importa muy poco, soy bien mayorsito para dar explicaciones de mis actos.

****

Abro un ojo con los golpes bruscos en la puerta.

-¡Daniel! -la gruesa voz de Dario Frost me hace suspirar.

Me levanto en bóxer y abro la puerta, en el mismo instante dos fuertes manos me empujan por el pecho, doy pasos hacia atrás por el impacto.

-¿¡Que mierda te pasa!? -me quejo.

-¿Que mierda me pasa? ¿Acaso no lo sabes? -sus ojos grises me atraviesan pero no me intimidan.

Camino hacia el mini bar sirviéndome un trago.

-¿Acaso no te cansas de ser tan hijo de puta? Te lo hemos dado todo, lo único que te pedimos es que lleves a cabo un matrimonio y no puedes, ni siquiera con tu mujer embarazada de ti.

Me empuja por el pecho varias veces, está furioso y eso me llena de satisfacción.

-Ya sabes como soy, sabias perfectamente que no podías contar conmigo para esto, no podías conformarte con Azael que ya tenia a la estúpida esa, ahora no te metas.

Le recrimino y empuña las manos listo para golpearme pero se detiene.

-Tienes dinero, lujos, una mujer que vale oro, trae un hijo tuyo en el vientre, tu legado y tu lo arruinas todo por una fulana, una mujer que de seguro no vale nada una cualquiera, una...

Lo empujo tomándolo por el cuello de la camisa.

-Vuelve ha abrir esa maldita boca para decir algo así de ella y voy a olvidar que eres mi padre y gracias a ti estoy vivo.

-Cuida como me hablas Daniel.

Me empuja zafándose de mi agarre.

-Tienes todo lo que cualquiera desearía y lo tiras a la basura por algo pasajero, por una mujer que ni siquiera vale para el papel de amante.

-No sabes de lo que hablas. -espeto.

-¿Ah no? O es que acaso piensas darle el papel de novia, la sacarás a la luz para que cumpla como tu mujer, ¿es eso?

No digo nada, bebo mi whisky ignorando su presencia.

-Sabes que nunca harás eso, en primer lugar ella no llega a tanto y en segundo lugar tu hombría no da para eso.

-¿Seguro? -lo encaro. -Entonces explicame porque estoy aquí con una mujer que no quiero ni deseo esperando un hijo que no voy a querer nunca, si mi hombría no da para tanto se lo hubieras pedido a Damian, después de todo estoy aquí por tu ambición y el maldito dinero que yo no quiero.

-Eres un mal agradecido -increpa y me burlo.

-Vete de una buena vez.

-Estas siendo patético, si no eras suficiente para esto debiste de decirlo antes, debí sospechar que eras un flojo sentimental igual que tu hermano, escondiéndote detrás de esa capa de frialdad y superioridad y al final sólo eres un sensible imbécil.

-¡Largate!

Enfurezco y suelta una carcajada antes de salir cerrando la puerta, estrello el vaso contra la pared, destruyo todo lo que hay a mi alrededor comenzando por el espejo que me muestra mi reflejo, las mismas facciones de mi padre, del mismo hombre que tanto odio me causa.

Soy lo suficiente hombre para asumir este papel pero desde que Layla apareció todo se fue desmoronando, teníamos esto planeado hace mucho, me casaría con ella, la dejaría embarazada y luego le plantaría el divorcio, lo perfecto para que a mi hijo o hija le tocara el 40 por ciento de las acciones de la empresa de su bisabuelo.

Todo mi capital está dividido entre mis hermanos para a la hora de un divorcio ella no pueda aspirar a mucho y el plan parecía perfecto pero luego de probar el exquisito néctar de la piel de esa ninfa de cabello negro y piel de porcelana todo cambió.

El día de la boda verla ahí sentada en primera fila, sus ojos mirándome con adoración, esos labios deseando que los devorara, dudé, la verdad lo hice, estuve a punto de dar un "No" e irme corriendo con ella, de dejarlo todo atrás por ella, pero no pude, no se que me pasa, todo es tan confuso.

Me siento en na cama tomando la cabeza entre mis manos, deseando aclarar mi mente, Layla está plasmada en mi mente y no creo poder sacarla tan pronto, lo único que se es que no puedo involucrarme más.

Placer Y Obsesión (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora