Algo crece

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Zoe

Apagué el teléfono, las llamadas insistentes y mensajes de Blair no paraba de llegar, el único momento en que se detenía era en las noches porque obviamente se quedaba dormida, ignoré y hasta silencié su chat pero me era imposible revisar a cada rato el teléfono por su culpa, pasaron un par de días desde que estuvo aquí, por otro lado las cosas entre Dimitri y yo estaban bien pero... decidí tomarme con más calma todo y no acelerar lo nuestro, por su parte respetó mi decisión o eso creo ya que lo único que hemos estado haciendo es darnos besos y estar abrazados mirando películas, me costaba imaginarle con Blair. Miré su rostro, estábamos sentados en el sofá acurrucados viendo películas como cualquier otro día, su perfecto perfil me hizo sonrojar, tomó una palomita de maíz del tazón y se la llevó a la boca, volví a acomodar mi mejilla sobre su pecho y al recordar el tema de Blair, de manera inconsciente le apreté contra mí. Estaba celosa y de ahora en más probablemente lo esté de cualquier otra mujer cerca, al notar que aumenté la fuerza de mi abrazo bajó la mirada hacia mi rostro, una ligera sonrisa apareció en sus labios y besó mi frente acariciando mi espalda con su mano, era reconfortante y me hacía sentir segura, suspiré disfrutando de la atención que me estaba dando, despegó sus labios de mi frente y volvió a mirar la televisión , levanté la mirada acercándome a su rostro. No, no quería que dejara de darme mimos, regresó su mirada hacia mí extrañado de mi conducta tan empalagosa.

-¿Que ocurre?- preguntó, sentí mis mejillas arder a medida que me acercaba a sus labios, acarició mi rostro con una de sus manos y se acercó lentamente. Nos detuvimos al escuchar el sonido de su teléfono sonar
-¿Si?- contestó colocando el tazón de palomitas sobre la mesilla de enfrente- De acuerdo, te veré allí- al escuchar eso mi corazón comenzó a latir rápidamente ¿Con quién hablaba? Unos segundos de silencio pasaron y cortó, volteó a mirarme pareciendo dudar de lo que estaba a punto de decirme- Saldré un rato, no tardo- anunció poniéndose de pie

-¿A dónde vas?- pregunté rápidamente siguiendo con la mirada como se disponía a subir las escaleras, era extraño que saliera a esta hora, apenas eran las 2:00 PM, se dió la vuelta y se acercó a tomarme de los hombros

-Solo confía en mí ¿Vale?- pidió ante lo cual asentí por inercia, sonrió dándome un ligero beso en los labios y subió las escaleras. Luego de unos minutos bajó ya listo para irse, tomó las llaves y antes de salir por la puerta me sonrió- Todo estará bien- me dedicó una sonrisa tranquilizadora y se fué, me acerqué a la ventana viendo cómo se alejaba en el auto ¿Que estaba pasando?¿Por qué se había ido así sin más? Agité la cabeza ante la idea de que me estuviera engañando ¿No era capaz de algo así o si? Me había prometido que estaría conmigo pero ¿No le había prometido eso ya a Balery antes? No, debo confiar, se supone que ahora estamos bien y confiamos el uno al otro, sin darme cuenta había comenzado a morderme las uñas y la piel alrededor de ellas provocándome pequeñas heridas, me mordí el labio y comencé a caminar inquieta en círculos mientras miles de ideas pasaban por mi mente

-No puede hacerlo...no lo haría- dije agitando mi cabeza ante la posibilidad de que hubiera salido con otra chica. Me detuve abruptamente al escuchar el timbre sonar, mis ojos se abrieron de alegría, de seguro había regresado, a pasos apresurados me acerqué a abrir pero en cuanto ví a la persona detrás mi sonrisa se borró de golpe.

-Vaya ¿Decepcionada?- preguntó Sarah arqueando una ceja, ingresó sin siquiera esperar a ser invitada

-¿Que haces aquí?- pregunté al verla sentarse cómodamente sobre el sofá

-¿Es esa la manera de recibir a tu amiga cómplice de travesuras?- preguntó divertida, ante mi silencio respondió-Nada, solo me aparecí ya que hace mucho no te veo- confesó chasqueando la lengua- ¿Y bien?¿Cómo va todo por aquí?- preguntó cruzando las piernas- oí el rumor de que abandonaste al rubio y que Dimitri dejó a la novia de toda la vida ¿Debería suponer que al fin elegiste?- preguntó arqueando una ceja, pasé saliva nerviosa ¿Cómo podía saber tanto? Era una chica demasiado misteriosa, sabía todos mis sucios secretos y yo ni siquiera sabía su apellido.

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