Sí, amigos

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Dimitri

-¡Vete a la mierda!- gritó Skye dándome un empujón antes de bajarse del auto y cerrar la puerta con fuerza- Sabía que no debía haberme metido contigo- dijo con desprecio y con la mirada llena de odio.

-Lo lamento- me disculpé, hace solo unos segundos me había reunido con ella, durante toda la "cita" buscaba el momento adecuado para terminar con esto, no fue hasta que estacioné el auto frente a su casa y le pedí que se quedara ya que tenía que hablar con ella. En cuanto le comenté que no podíamos seguir viéndonos insistió en saber porqué, no me parecía justo mentirle así que lo mínimo que podía hacer era decir la verdad...bueno la verdad a medias, le dije que estaba enamorado de otra, a lo que en lugar de explotar en llanto lo hizo de ira, me dió un par de manotazos en el cuerpo, me empujó y salió del coche. Ante mi disculpa se quedó callada unos segundos observandome, parecía querer matarme con la mirada.

-No ¿Sabes que? Esto me pasa por estúpida- dijo apretando la mandíbula enojada- por creer que un niño sabría lo que es tener un compromiso con alguien, pero bueno me lo merezco- me miraba a los ojos llena de ira y no ví el rastro de ninguna lágrima

-No, en verdad lo siento- volví a disculparme

-No vuelvas a buscarme en tu vida- se dió la vuelta y a grandes pasos se alejó hasta llegar a su casa e ingresar dando un portazo, suspiré y estiré el cuello mirando el cielo nocturno y estrellado, al menos ahora era completamente libre, miré mi reflejo en el espejo, debido a los fuertes manotazos de Skye una de sus uñas me había hecho un ligero corte en la mejilla y estaba sangrando, me froté el rostro en desesperación ¿Que le diría a Zoe? Supuestamente salí de casa a buscar información sobre departamentos y eso. Para mi suerte mientras conducía con Skye a mi lado ví un edificio cerca de la universidad que tenía un cupo libre y anoté el número, encendí el coche y conduje de regreso a casa. Al llegar encontré a Zoe sentada sobre el sofá mirando la televisión, volteó a verme con una sonrisa la cuál devolví, como una niña vino corriendo hacia mí para abrazarme, en este poco tiempo que estuve afuera le había extrañado y sinceramente la presencia de nuestra madre en casa hacia las cosas más difíciles entre nosotros, lo máximo que podíamos hacer era dedicarnos miradas y sonrisas cómplices cada que estábamos en la misma habitación.

-¿Isabel?- pregunté al notar su ausencia, ella negó con la cabeza

-Se fué a dormir- respondió, miré el reloj y eran las 7:00 PM una expresión de preocupación ocupó su rostro

- ¿Que te ocurrió?- preguntó colocando su mano sobre mi mejilla rozando con sus dedos el leve corte que ardía sobre mi piel

-Debí habermelo hecho sin querer- dije colocando mi mano sobre la suya

-No creí que fueras tan descuidado- respondió arqueando una ceja, inesperadamente la tomé de la cintura apegándola a mí, abrió los ojos sorprendida y sonrojada

-Bueno, es que ando distraído- dije sonriendo mientras me acercaba peligrosamente a sus labios a darle un beso, me abrazó del cuello correspondiendo.

-Podría acostumbrarme a esto- dijo en cuanto nos separamos para luego hundir su rostro en mi pecho fundiendonos en un cálido abrazo.

-Solo debemos esperar el verano Zoe- dije acariciando su espalda con mis manos

-¿Ya encontraste un departamento?- preguntó separandose un poco para mirarme al rostro con una sonrisa, me mordí la lengua

-Sí, hay uno cercano, mañana después de llevarte a la escuela pasaremos por allí a revisar ¿Te parece?- sugerí recordando que mañana entregarían las notas y de paso Zoe aprovecharía de anotarse en los cursos del próximo año. Asintió y se puso de puntitas para alcanzar mis labios y darme un dulce e inocente corto beso- Haz eso de nuevo y te morderé- dije aguantando las ganas de tirarme sobre ella, rió alejándose, corrió dando brinquitos hacia la escalera y volteó a mirarme con una sonrisa

HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora